Deseo y otro secreto

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Zoe

Miraba la nieve falsa caer dentro de aquella pequeña burbuja de vidrio cubriendo la hermosa casa, volví a agitar las esfera como una niña maravillada, afuera ya comenzaba a nevar y de no ser por la calefacción y lo muy abrigada que estaba no estaría de tan buen humor, sonreí depositando ese artefacto tan curioso sobre la mesilla a modo de decoración, habían tantos y me encantaban, todos habían sido traídos por nuestra madre luego de sus tantos viajes antes de navidad, al recordarla volteé a mirar a Dimitri quien luchaba con las luces navideñas que estaban enredadas, sonreí de verle maldecir entre dientes.

-Maldita sea, ni siquiera sé porque estamos decorando, ella ni siquiera va a venir- dijo irritado, una risita se me escapó y volteó a mirarme con una sonrisa divertida

-¿Te lo ha confirmado?- pregunté un poco apenada de no tenerla en navidad este año como en algunos otros.

-Siempre llama con anticipación y ya es 23, así que lo más probable es que tengamos la casa solo para ambos- contestó sonriendo de manera traviesa a lo cual me sonrojé miré hacia otro lado para que no lo notase. Apreté mis labios con la intención de callar lo que sea que mi boca quería decir, verle trabajar arduamente con más manos tratando de desenredar esa cableria me hizo recordar la agilidad con la que me hizo sentir aquella vez en el baño, me sentía una total pervertida, bajé la cabeza y miré mi pie el cual ya estaba 10/10, vaya torpeza la mía de olvidar que rompí un vaso y pisarle, me arrodillé al lado de Dimitri a ayudarle con las luces, una vez las desenredamos totalmente se puso de pie para colocarlas en el árbol, me quedé como estúpida mirandole desde abajo, se veía mucho más alto e imponente, sentí mis mejillas arder al ver un leve bulto en sus pantalones "Allí lo tiene" pensé, pasé saliva nerviosa y agité la cabeza ¿Pero que me pasa? Me miró extrañado y en menos de un segundo puso esa mirada, sí. Esa que indicaba que algo sexual y pervertido pasaba por su mente- Si te quedas de rodillas frente a mí voy a querer hacer algo con esa linda boca- dijo con esa sonrisa lobuna avanzando un paso hacia mí, sentí que el aire se iba de mis pulmones y la piel se me erizó al ver como ese bulto empezaba a crecer...era grande, muy grande. Al ver mi mirada asustada rió disfrutando de mi nerviosismo

-I iré a buscar más adornos- dije tartamudeando mientras retrocedía para luego incorporarme torpemente y salir corriendo hacia el segundo piso mientras le escuchaba reír a carcajadas. Llegué al pasillo y jalé de una fina cuerda que siempre suele colgar, la pequeña puerta se abrió dejando caer una escalera, era la entrada al ático. Al subir noté la enorme oscuridad que me impedía ver, encendí el foco colgante con el interruptor, la luz ambar tintineó dejando a la vista todas las cosas que acumulabamos aquí por falta de espacio, una fina capa de polvo cubría todo lo cual al adentrarme aún más me hizo estornudar, me provocó ternura encontrar mi vieja bicicleta, solía usarla a los 4 años en iba con Blair a pasear por el parque y vecindario, mi sonrisa se borró al recordar la repentina distancia que ella tomó desde lo ocurrido en el campamento con Dimitri, la situación se había vuelto al revés ahora yo era quien le mandaba mensajes preguntando si estaba bien...no respondía, supongo así se siente. La diferencia es que no insistí más para darle su espacio y luego hablar sobre lo que ocurrió, busqué con la mirada entra las cajas que guardaban adornos antiguos que ya no usábamos, algún que otro mueble viejo apartado en un rincón y...el violín de papá, podía ver lo empolvado que estaba, según lo que sé mamá colocó sus cosas aquí para ya no estar triste, acaricié el instrumento imaginándole tocarlo, supongo de allí vino el gusto por la música de Dimitri...aunque nunca le he escuchado tocar la guitarra o siquiera cantar, suspiré, me habría encantado conocerle. Mi mirada se posó sobre una caja de cartón que estaba llena de bombillas navideñas-Bingo- dije con una leve sonrisa tomándola entre mis manos, bajé con dificultad las escaleras con mucho cuidado de no caer y romperme algo porque ajá soy muy torpe. Caminé de regreso a la sala , Dimitri quien daba algunos retoques a las luces navideñas volteó a mirarme y sonrió.

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