Heart

Un enfrentamiento

Dimitri

Tiré la cola del cigarrillo por la ventana del auto, y soplé la última bocanada del humo que había aspirado, el llanto de Bal me hacía sentir una mierda, estaba sentada a mí costado secándose las lágrimas con las manos mientras lloraba como una magdalena, hacia unos minutos le había dicho que no me sentía conforme con nuestra relación y que lo mejor era distanciarnos un tiempo, apenas me escuchó comenzó a llorar desconsoladamente, apreté los puños, no sabía si me había vuelto más sensible o era porque hemos estado demasiado tiempo juntos pero verla así de mal y que yo fuera quien causara su llanto me hacía sentir una basura, suspiré mirando el techo del auto al darme cuenta que era más difícil de lo que pensé, supongo que subestimé lo que siento por ella, coloqué una de mis manos en su hombro-shh está bien, todo está bien-dije mientras ella se acercaba a abrazarme, aspiré el aroma de su cabello- tranquila-dije al ver que no dejaba de llorar, levantó la mirada con los ojos cristalinos y estaba sonrojada hasta en la punta de la nariz, se veía realmente adorable, hicimos contacto visual por unos segundos, bajó la mirada hacia mis labios, la imité en incluso bajé la mirada hacia su escote, ese vestido ajustado a su figura, color negro y con pequeñas flores de margaritas con un escote de corazón que hacía sobresalir de manera coqueta sus pechos, se acercó dudosamente hacia mis labios, me quedé inmóvil sosteniéndola de su delicada cintura, era una mujer verdaderamente hermosa y resistirme a sus encantos era realmente difícil y más aún si me miraba suplicante, acorté la distancia entre nuestros labios, me abrazó del cuello mientras mis manos comenzaron a recorrer su figura y la escuchaba suspirar entre besos, colocó su mano sobre mi miembro en el pantalón- parece que es una mala idea separarnos-dije a lo que ella rió, deslizé mi mano debajo del vestido para acariciar sus muslos, jadeó al sentir mi mano tocar su intimidad- quiero romperlo- dije refiriéndome al vestido mientras miraba su escote.

-No no, no lo harás-dijo riendo mientras le daba besos en el cuello y en los pechos, subí a besarla, otro gemido más se le escapó, nos separamos por falta de aire, hacía días que no la tomaba ni a ella ni otra, así que tanto ella como yo estábamos deseosos, pero me distraje al mirar por la ventana a Zoe saliendo de la escuela siendo seguida por Phillip, se supone que saldrían más tarde, Bal y yo nos habíamos salteado las últimas horas de clase para "hablar" y supuestamente yo recogería a Zoe y la llevaría a casa-¿Que ocurre?- preguntó Bal al notar el ceño fruncido en mi cara, dirigió la vista hacia donde yo estaba mirando mientras se acomodaba el vestido- Parece que alguien también se salta las clases para estar con su novio-dijo sonriendo, casi parecía feliz de ver a Zoe salir con chicos.

-No es su novio-dije enojado para luego abrir la puerta del auto.

-Hey espera-dijo al verme bajar, me imitó y siguió, seguimos a ambos hasta que llegaron a un parque donde se sentaron en una banca, nos colocamos detrás de un árbol a observarlos, él parecía animado contándole algo mientras Zoe de su maleta sacaba un libro de pasta negra, lo abría y se lo mostraba, juntaron sus cabezas cuando él se inclinó para observar mejor lo que sea que ella le señalaba en el libro, en ese instante di un paso hacia adelante dispuesto a interrumpirlos y llevarme a Zoe a casa donde la reprenderia por mentirme, pero sentí la mano de Bal sujetarme del brazo para impedirme avanzar, volteé a verla con cara de pocos amigos, al ver mi expresión habló.

-creo que deberíamos esperar a ver qué pasa- dijo tratando de calmarme

-¿Espera a que?-pregunté irritado por su intromisión

-no lo sé, no están haciendo nada malo Dimitri- dijo ella señalandolos, volteé a verlos y seguian en la misma posición hablando, apreté los puños, de acuerdo tal vez me estaba precipitando así que retrocedí y volví a mí sitio con Bal.

Zoe

Había decidido venir con Phillip ya que le había prometido pasar la tarde pero como Dimitri dijo que me recogería de la escuela entonces vinimos al parque, dónde le enseñé un libro que había leído hace muchísimo tiempo y que me parecía deprimente pero al mismo tiempo hermoso.