El comienzo de todo

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Zoe

Era un día gris lluvioso, yo lo ignoraba estaba concentrada leyendo un libro en mi habitación, escuché el ruido de mi alarma supongo que ya era hora de ir a la escuela, extrañamente me había acostumbrado a despertar antes de que esta sonara, cerré mi libro y suspiré, sería otro largo día, me levanté de mi cama y fuí a darme un baño, el agua caliente me relajaba, cogí shampoo y comencé a lavar mi cabello, nunca me consideré una chica bonita, mi estatura era promedio, mi piel era blanca y pálida lo cual hacía que algunas venas azules resaltaran debajo de mi piel, mi cabello era largo color negro hasta la cintura, mis ojos eran verdes, según mi madre mi mirada era demasiado intensa debido a mis largas y arqueadas pestañas, mis labios no los consideraba carnosos ni delgados, pero eran color rosa, en lo que era mi cuerpo no me quejaba, era delgada mis senos no eran muy grandes, pero mis caderas eran otro caso, era caderona y tenía las piernas bien torneadas, según Blair si no tuviese este caracter y cambiase mi forma de vestir podría enamorar a cualquier chico, pero no. No estaba interesada en el amor, me costaba relacionarme con la gente por ello Blair era mi única amiga en toda la escuela, pero esto no me afectaba, al contrario preferia pasar tiempo conmigo misma que con las demás personas, preferia la compañia de un buen libro, lo sé, tal vez por eso los demás me veian como la chica rara que no habla con nadie, pero no me importaba, salí de la ducha y busqué ropa que ponerme, suspiré y tomé lo primero que encontré, unos pantalones, unas converse negras, un polo gris y encima una polera negra, sé lo que todos piensan " una chica emo" pues no, no lo soy, simplemente no le veo sentido verme a mi misma pensando sobre que color combinaria con otro, por eso mi forma más fácil y sencilla era usar estos dos colores. Suspiré, en verdad odiaba salir de casa, cogí mi mochila y salí, mi madre no estaba, su trabajo la hacía irse temprano y regresar a altas horas de la noche, supongo que ser la asistente de un empresario la tenía muy ocupada, pero no me quejaba, era demasiado madura para entenderlo, pues desde que mi padre murió ella tuvo que encargarse de nosotros, no llegué a conocerlo debido a que justo cuando yo venía en camino un accidente de tràfico le quitó la vida durante un viaje, después de aquello mi madre se la tuvo que arreglar para cuidarnos a ambos, contrató a una niñera de medio tiempo, los años pasaron y crecimos asi que pudimos cuidarnos por nosotros mismos a la vez que el dinero empleado para pagar a la niñera fue usado para cubrir otros gastos, bueno la relación con mi hermano no era la mejor, no pasaba tiempo en casa, salía a fiestas y pasaba la noche en casa de su novia,la verdad no entendía como ella podía aún seguir con él, supongo que debía estar demasiado enamorada, pues según los rumores si mi hermano tenía la oportunidad de engañarla no la desaprovechaba, después de todo él era uno de los chicos más populares, inteligente, guapo, etc etc, en conclusión era perfecto, pero en lo referente a nuestra familia era todo lo contrario pues él solo llegaba a casa algunas veces cuando mamá tenía un día de descanso, pero era como si no existiese debido a que se encerraba en su habitación y no cruzaba palabra alguna conmigo o con nuestra madre. En fin tampoco era como si me afectase, estaba acostumbrada a estar sola, seguí caminando esquivando los charcos que la lluvia había dejado, mi casa quedaba a unas cuantas cuadras de la escuela así que no me molestaba caminar, al contrario, lo adoraba debido a que me daba tiempo para pensar, lo sé soy una persona demasiado reflexiva y callada, suspiré al ver frente a mi la escuela, los estudiantes ya estaban ingresando lo cual me puso nerviosa debido a que odiaba los lugares llenos de mucha gente, supiré y me decidí a entrar, pero sentí que alguien me abrazaba la espalda.

-¡Zoe!¡ ingrata me has ignorado todos los mensajes que he enviado!-se quejó Blair haciendo un puchero, ella era mi mejor amiga y bueno la única que tenía, ni siquiera sabía porque eramos amigas, somos demasiado diferentes, ella es extrovertida, no le cuesta para nada ganarse la confianza de la gente y que su apariencia de angel no engañe a nadie era capaz de enfrentar un oso ella sola, era rubia aunque su cabello no era tan largo como el mío, su piel era blanca, tenía unas cuantas pecas en su nariz lo cual la hacía ver adorable, sus ojos eran verdes pero no del mismo tono que los mios , los de ella eran más claros, sus labios eran rosa, su vestimenta era simple como la mía pero la diferencia era que ella si usaba un color distinto al negro o al gris, tenía unos shorts que dejaban ver sus torneadas piernas y resaltaban sus caderas, unas zapatillas blancas y un polo celeste, sus senos eran más grandes que los mios y era algo gordita pero tenía todas las curvas de una mujer, de no ser por su rudeza los chicos andarian detras de ella.

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