Capítulo 108. Se trata de ellos

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Tres largos —pero sobre todo tristes— días tuvieron que retirarse a la granja fuera de la ciudad. Sólo para darle el último adiós a Splinter...

Durante el tiempo en el que estuvieron en la granja, las chicas les brindaban su más cálida compañía a los chicos en estos momentos de tanta dureza, a pesar de que ellas hacían el esfuerzo por mantenerse fuertes.

A diferencia del resto, Sara sentía una gran impotencia por ser tan poco capaz de consolar a su novio. Los chicos estaban dolidos por igual, pero con Leonardo era diferente, como un sentimiento más profundo. Ella sabía que sólo con abrazos y palabras de afecto no sería suficiente. Y el embarazo sólo la volvía más débil, afectada por todo lo ocurrido.

Pero aquello no era ningún obstáculo para ella, ahora más que nunca debía permanecer a su lado.

Raph y Mikey se trajeron consigo sus mascotas, Chompy y Gatito helado, de ese modo les brindarían algo de ánimo a sus dueños, aunque resultaba complicado hacerlos sonreír en tal día como este.

A lo largo de estos días, recordaban con un sentimiento de nostalgia los momentos vividos en la granja cuando la ciudad fue invadida por los Kraang, y la casa los acogió volviéndose un hogar para ellos en ese momento.

Nora desconocía parte de las aventuras que su novio y sus amigos vivieron en la granja. Algunas las sabía por Mikey y por las chicas, pero le encantaba a la vez que animaba que Donnie le narrara sus experiencias, incluso aquel incómodo episodio con Pie grande. Al menos habían logrado animarse, aunque fuese sólo por un ratito.

Llegó el tercer día, el más duro de todos...

La mayoría de sus aliados y seres queridos estuvieron con con ellos en estos momentos tan difíciles; los mutanimales, Shinigami, Kirby, incluso Roth. Quisieron acompañarles para despedirse de Splinter, todos juntos.

Las tortugas sabían lo que tenían que hacer, lo que debía suceder. No querían tener que pasar por esto, pero debían iniciar con el funeral para despedirse de su padre. De cerrar este triste capítulo de sus vidas.

El cielo reflejaba los sentimientos fríos y deprimentes que sentían profundamente las tortugas, las chicas, los mutanimales, todos.. Toda la familia...

Decoraron la tumba con fotos familiares, flores, y objetos que era del agrado de la rata. Leonardo dejó el bastón de Splinter apoyado a un lado de aquella bonita —aunque demoledora al mismo tiempo— tumba. Todos realizando aquella ofrenda con el corazón en la mano, destrozado.

La multitud se dispersó, algunos regresaron a la ciudad, otros volvieron a la casa para calmarse una vez pasado el mal rato del funeral.

Los chicos y las chicas se quedaron un rato más, sintiendo que, de algún modo, pasaban los últimos minutos junto a Splinter. Leonardo fue el último en irse, tal vez para asimilar todo esto, o porque lo necesitaba.

Sara sabía que lo mejor era dejarlo solo un rato, aunque era consciente de que tenían una conversación pendiente con él. Pero antes, se quedó unos minutos más abrazando a Lara, quien portaba los ojos llorosos desde que se inició el funeral.

Se quedó con ellos hasta sentir la necesidad de buscar a su novio, estaba dispuesta a tener una conversación que era necesaria para los dos.

Caminando por el campo vio cada parte en la que solían estar durante aquellos meses que estuvieron allí. Recordaba algunos momentos a medida que caminaba, haciéndola sonreír.

Fue hasta el arrollo, donde sabía que era el lugar en el que su novio se encontraría recapacitando. Eso empezó a ser recurrente en él durante estos días, lo que le preocupaba aún más a la morena.

Herederas Y MutantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora