Capítulo 61. Nueva Amiga

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La mañana del día siguiente se hizo presente en la ciudad.
Y la parejita aún se encontraba durmiendo.

Pero la segunda no tardó en entrar al apartamento, y gracias a la curiosidad entraron en la habitación de Sara. Donde ambos todavía se encontraban durmiendo, hasta ahora.

Lara: ¡Tortolitos arriba! —Gritó mientras golpeaba la puerta de la habitación, logrando despertar a la pareja.—

Sara: ¡¿Se puede saber qué haces, Lara?! —Le pregunta mostrándose molesta.—

Leo: No hacía falta despertarnos así. —Refunfuña sentándose sobre la cama.—

Raph: De alguna forma había que despertaros. —Le responde burlón riéndose levemente.—

Lara: Bueno, ya veo que os fue bien. —Les dice celebrando lo que hicieron anoche.—

Sara: ¿Podríais dejarnos aunque sea unos minutos, por favor? —Les pregunta pidiendo incrédula.—

Lara: Claro, faltaría más. —Responde sarcásticamente, y junto a Raph salen de la habitación, cerrando la puerta al salir.—

Sara, Leo: —Los dos se miraron entre ellos, y al verse sus mejillas se sonrojaron levemente. Pero se dedicaron aquella sonrisita embobada de siempre.—

Leo: Buenos días. —Le deposita un cálido beso en su mejilla, y le vuelve a dedicar aquella  sonrisa embobada.—

Sara: Buenos días, cielo. —Le responde devolviendo aquella sonrisa, y depositando varios besos en sus labios.—

Leo: Lamento que nuestro despertar se haya fastidiado. —Le dice con una leve risita encogiéndose de hombros.—

Sara: No importa, de una manera u otra nos habría pasado lo mismo. —Ríe levemente y le deposita un beso en la mejilla.—

Leo: Bueno, y... ¿cómo has dormido? —Le pregunta.—

Sara: De maravilla. ¿Y tu, cómo has dormido? 

Leo: En la vida me había dormido tan rápido. —Ríe levemente y le da un beso en la mejilla.—

Sara: Me alegra haberte ayudado. —Le dice en un tono coqueta, y le deposita varios piquitos cariñosos en sus labios.—

Leo: A mi también me alegra. —Le responde en el mismo tono, y la besa apasionadamente.—

Sara: —Gustosa corresponde el beso y le acaricia gentilmente su mejilla.—

Leo, Sara: —Ambos disfrutaban de aquel apasionado beso, disfrutaban del húmedo tacto de sus labios. Tras medio minuto de aquel cálido beso, se separaron y se miraron a los ojos.—

Leo: Dime, ¿te gustó lo de anoche? —Le pregunta mostrándose un tanto avergonzado.—

Sara: No... Me encantó. —Admite igual de avergonzada que Leo.— ¿Y a ti? 

Leo: Fue lo mejor de lo mejor. —Le responde sujetando su mano suavemente, y le deposita un beso en su frente.—

Sara: Totalmente cierto. —Le dedica una sonrisita.—

Leo: Bueno, ahora toca volver a la realidad. —Le dice con resignación encogiéndose de hombros.—

Sara: Sí, qué bien, ¿eh? —Pregunta sarcástica junto con una leve risita.—

Leo: Sí, genial. —Ríe levemente.—

Sara: Bueno, voy a darme una ducha, y después desayunaré. 

Leo: Yo te preparo el desayuno, descuida. —Le dice con una cálida sonrisa.—

Sara: Oh, no te molestes, no es necesario. —Le responde con una sonrisa.—

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