Capítulo 27. Te echo de menos

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Desde que pasó aquel día, la pelirroja no deja de pensar en lo que ocurrió.

Ha pasado una semana, y todavía no hay respuesta.

Los días pasan, llenos de soledad y tristeza para Lara. Incluso llega a perder la noción del tiempo casi sin darse cuenta alguna.

Por no hablar de que lleva esa misma semana sin dormir, día y noche. La culpa de lo que ocurrió le impedía seguir adelante. No puede hacer como si nada hubiera pasado, por mucho que lo intentara.

Los paletos de la mafia los deja descansar, por el momento. Quizá estén muy liados creando otros planes, ahora que se ha desatado una guerra entre ellos.

A

ún así, deben seguir adelante, hasta que Raph despierte.

La pelirroja no paraba de pensar una y otra vez, lo que siempre quiso desde que llegó a Nueva York: tener a alguien que no desaparezca de su lado, tener un segundo hogar, una segunda familia.

Claro, con su tío Phil no le faltaba de nada, tenía un hogar, y tenía a su tío como una figura paterna.

Pero suerte que ella y Raph se conocieron poco antes de que él se fuera, desgraciadamente, para no volver.

Ahora empezaba a darse cuenta de lo que tenía, una segunda familia, un segundo hogar, por no hablar de que incluso tenía a su hermana pequeña de vuelta después de tanto tiempo.

Todo gracias a Raphael, quién lo diría...

Siempre que lo pensaba, sujetaba la mano de su amado con suavidad, incluso no puede resistirse a darle un cálido y cuidadoso abrazo

Evidentemente, Lara se desahogaba hablando con él, incluso hay veces en las que parece que él realmente está escuchando.

Desde que ella se encargó de cuidar de él, no se separaba ni un metro de su cama. Llegaba a sentirse sola sin su compañía, ya que casi no salía de aquella habitación, ni siquiera para hablar con Sara o las tortugas.

Las únicas veces eran cuando ella o las tortugas entraban para ver cómo se encontraban ella y su hermano.

Pero la pelirroja se mostraba muy cerrada en cuanto a desahogarse con ellos, y por mucho que ellos lo intentaran, era una batalla perdida.

Todo por la culpabilidad que sentía desde aquel día. Sara trataba de convencerla de que no fue culpa suya el que Raph decidiera enfrentarse a él.

Pero nada, era inútil.

Ella misma se convencía de que pudo intervenir en esa pelea. Y, por si fuera poco, recordar eso le causaba cierta venganza, le hervía la sangre.

"Por mucho que llores no harás que despierte". Estaba convencida de que eso es lo que le diría Raph.

La pelirroja estaba cansada de llorar, pero no podía evitar las lágrimas cuándo echaba de menos todo su cariño, su compañía.

Varias veces por día Sara le hacía compañía. Se quedaba junto a la pelirroja y a Raph para darle apoyo y ánimos.

Aunque su ausencia era justificada, ya que pasaba tiempo con Leo. A ella también le afectaba la pena que llevaba encima la pelirroja. No era difícil de notar para el resto, sobre todo para Leo.

No han sido pocas las veces que Lara se asomaba desde la puerta de la habitación de su novio, y veía a Sara sobre el regazo de Leonardo mientras veían las cintas de héroes del espacio.

Herederas Y MutantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora