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Capítulo 1.

Miércoles, 9 de marzo 2017

Aria.

Mi casa nunca se sintió tan fría. El olor a panecillos, pasteles y alguna receta exótica de mamá podía sentirse en el aire. Todo el tiempo.
A veces siento que puedo escuchar su voz por cada rincón de este lugar. Sueño con la música orquestal de papá y puedo incluso llegar a sentir el olor del tabaco que desprendía de su ropa. Sueño con sus sonrisas y con el humo denso del coche al incendiarse después del accidente.

Observando por la ventana aprecio el jardín perfectamente cuidado. Me pregunto que será de el cuando ya no esté aquí.
Mi madre lo amaba. Quizás necesite hablarlo con Elizabeth, ella puede encargarse del mantenimiento mientras esté ausente. Quizás ella pueda cuidar de todo este lugar, estando o no yo presente.

Alguien se aclara la garganta detrás de mí.

-Aria —Elizabeth se acerca —¿Cómo estás hoy?

-Bien —Dejo caer mi mirada a mis manos entrelazadas. 

-Encontré un vuelo disponible —Me informa con pesar, ella tampoco quiere dejarme marchar —Mañana al medio día.

-Esta bien —Alzo mis ojos hasta las suyos —Estaré bien, será solo un año hasta que cumpla los 18.

-Lo sé —Murmura —Lo lamento. Si tan solo hubiera algo que pudiera hacer, lo haría.

-Has hecho suficiente por mí.

Elizabeth ha hecho suficiente durante este primer mes sin mis padres. Cuando ellos murieron se acercó y me brindó consuelo. La conozco desde que tengo memoria. Es la abogada de mi familia, pero más que eso, siempre ha sido una segunda madre para mí.

-No quisiera tener que hablar de esto, pero la herencia familiar se hará efectiva dentro de una semana. Debemos volver a encontrarnos y poder organizar todo lo que conlleva... Ya sabes, todo esto —Dice refiriéndose a la casa.

Suspiro.

-¿De verdad tenemos que hablar de esto? —Ella asiente —Tengo solo 17 años, no tengo idea de como manejar una casa. Quizás pueda ceder mis derechos a alguien más.

-¿A quién?

-A ti.

-Aria, no —Responde inmediatamente.

-Elizabeth, será solo hasta que sea mayor de edad. Mañana volaré a Dublín, será un tiempo difícil, no puedo lidiar con tanto —Le explico —Solo déjame la cuenta bancaria abierta, tú sabes que jamás he sido derrochadora. Además, estaré en el campo, no tengo dónde gastar el dinero. Es solo en caso de emergencia.

Sus ojos avellana me observan por largos segundos antes de responder.

-¿De verdad pretendes que me haga cargo de la casa en tu ausencia?

-Sé que llevas las cuentas de esta familia por años, confío en ti. Por favor.

Duda un momento, pero al final termina asintiendo.

-Solo hasta que cumplas los 18 años, Aria. A pesar de la muerte de tus padres, continúan siendo reconocidos, no queremos que la prensa hable y comience a crear sus propias especulaciones. Vendré aquí algunas veces a la semana, pero no voy a mudarme.

𝐄𝐅Í𝐌𝐄𝐑𝐎 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora