Extra.

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Sábado, 13 de agosto, 2018.

Rosie.

Hay algunos secretos que no duran para siempre.



–Solo espérame aquí ¿Quieres? Vuelvo enseguida, solo tomaré mi bolso y volveré en 2 minutos —Le pido a James, mientras me bajo rápidamente de su camioneta y camino hasta mi casa.

Él no me responde. Supongo que está acostumbrado a que haga esto. De todo el tiempo que llevamos juntos, jamás lo he dejado entrar. Me hace sentir avergonzada que él vea el interior de mi casa. Nunca he podido repararla, con un padre ausente, una madre muerta, una abuela que apenas recibe una pensión miserable y el escaso dinero que gané siendo mesera, no podía darme el lujo de hacer reparaciones. Ahora es diferente por supuesto, trabajar con Aria aumentó mis ingresos y el dinero ahorrado ayudará para tener mi casa en mejores condiciones cuando llegue el invierno.

Después de girar el pomo, entro en la casa, las tablas del piso crujen bajo mis pies. Sí, definitivamente debo apresurar las reparaciones. No es una casa del todo fea, me he encargado de arreglarla lo más posible, pero aún así todo es demasiado viejo; la mesa con las únicas dos sillas que ni siquiera son a juego, la vieja cocinilla, los antiguos sofás parchados con telas de diferentes colores... Suspiro, avanzado por el pasillo, pero me detengo en seco cuando también lo hace alguien más.
Me giro horrorizada, dándome cuenta que James me siguió. Sus ojos caen en mi un instante antes de mirar a su alrededor. La vergüenza me consume. Él no puede estar mirando todo esto, él no puede... Maldita sea.

—Te dije que me esperaras en la camioneta —Lo acuso, alzando la voz más de lo normal.

—¿Cuál es el problema que quiera entrar a la casa de mi novia? —Me pregunta, por supuesto dándose cuenta del motivo.

—James, sal.

—No. ¿Es por tu casa, Rosie? —Pregunta otra vez, tan herido como yo al darse cuenta que se trata de eso.

Pero no puedo dejarme embargar por sus emociones. Las mías toman la delantera y se adueñan incluso de mi cabeza y mis pensamientos. Jamás había sentido tanta vergüenza en mi vida. Sí, solo alguien como yo puede sentirse así por ser pobre.

—Vete, solo vete —Camino hacia él y lo empujo afuera, mientras las lágrimas están deslizándose por mis mejillas —¡Te dije que iría en 2 minutos!

—¡Rosie, basta! —Su fuerza es mayor que la mía, me toma de los brazos y me observa —¿Porqué demonios no me dijiste que estabas viendo en estas condiciones?

—¡Porqué no es asunto tuyo!

—Se supone que eres mi novia ¿no?

—Déjame sola, solo vete.

Él me suelta. Jamás lo había visto tan enojado, y tan herido. Su mirada está llena de lástima. Gracias, era lo último que me faltaba.

—No puedo creer que me hayas ocultado algo así —Dice en voz baja —Todo el invierno...

—Nos arreglamos perfectamente —Respondo a la defensiva, empujándolo, no lo quiero aquí —Solo vete, por favor.

—Rosie.

Cierro la puerta, dejándolo del otro lado. Las lágrimas se derraman con más fuerza por mis mejillas cuando siento la camioneta marcharse. Me siento tan devastada, la vergüenza me consume tan mal, que no salgo en todo el día de mi habitación.

𝐄𝐅Í𝐌𝐄𝐑𝐎 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora