50.

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Capítulo 50.

Aria

Nunca había visto a James comportarse de esta manera. Después de un saludo demasiado torpe por su parte, desapareció y volvió vistiendo una camiseta y bermudas, para así instalarse en un extremo del sofá y permanecer silencioso. Normalmente es él quién hace las bromas, y por supuesto, no deja de hablar constantemente. Pero ahora es como si ni siquiera estuviera aquí.
¿Es una buena señal verlo al borde de la timidez? Quiero creer que sí.

—...Y entonces me pregunté ¿Porqué ella dejó de venir? —Continúa Maura. Está emocionada de tenerla aquí, tanto así, que no es consciente de las miradas furtivas que Rosie le lanza a James y viceversa.

La escena me hace sonreír. Es muy obvio que se gustan, puedo sentirlo incluso en el aire.

—Aria, acércate —Me pide James.

Ay.

—¿Sí?

—¿Qué es todo esto? —Me pregunta apenas en un murmullo —¿Qué estás haciendo? —Me exije, con una pizca de enfado en su tono de voz, pero no me lo creo del todo.

—¿Que yo qué? —Pregunto, fingiendo inocencia.

Niall me observa y niega lentamente con la cabeza mientras se deja caer en el sofá, al lado de su hermano. Él sabe que soy una mentirosa sin escrúpulos.

—No te hagas la tonta.

—No sé de qué estás hablando, pero sea lo que sea, te equivocas —Le lanzo un beso y me alejo tan rápido como puedo.

No alcanzo a escuchar lo que murmura, pero me da igual, mi misión continúa hasta verlo confesar sus sentimientos. A mí no me engaña.

—...Y fue cuando me ofreció uno de sus moldes para hornos, ya que lamentablemente en la tienda no hay. Osea sí, pero no son de buena calidad —Continúa Rosie —En fin, así nos conocimos.

Maura me observa y sonríe.

—Mi bella Aria, siempre tan dulce —Sus dedos acarician brevemente mi mentón, haciéndome sentir increíblemente tímida y emocionada. Y es que ha sonado exactamente como mamá —Buscaré los mejores moldes que tenemos, dame un minuto, Rosie.

—Con uno es suficiente, gracias.

—¡Uno no es ninguno! Solo dame algunos minutos —Insiste Maura, alejándose por el pasillo.

Rosie me observa y sonríe con cierta timidez mientras lanza otra mirada furtiva hacía el salón y bebe un sorbo de su limonada. Evito sonreír para no hacerla sentir más avergonzada.

—Entonces... ¿Qué prepararás? —Me siento en uno de los taburetes, frente a ella.

—Una tarta de manzana. Bueno, intentaré hacer una —Aclara —Mi especialidad...son otros... —Ella deja de mirarme para observar detrás de mí —Son otro tipo de tartas —Añade, mirándome otra vez.

James se sitúa a mi lado, y es cuando comprendo del porqué perdió el hilo de la conversación. ¿Pueden ser más evidentes? Si esto no termina en una increíble historia de amor, no volveré jamás a creer que soy una cupido.
Espero un instante, por si él desea unirse a la conversación, pero no lo hace. Evito poner los ojos en blanco mientras observo a Rosie.

𝐄𝐅Í𝐌𝐄𝐑𝐎 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora