𝐄𝐅Í𝐌𝐄𝐑𝐎 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀

29.

Capítulo 29.

Aria

Atenas, Grecia

Sus ojos viajan por mi habitación lentamente mientras camina con pasos sigilosos. Nerviosa me apoyo en la pared mientras observa a su alrededor y se familiariza con el lugar.
La habitación que me han asignado en casa de Maura jamás podrá compararse a esta, es preciosa por supuesto y muy acogedora, la amé en cuanto la conocí, pero este cuarto es totalmente diferente.
Es amplio y con ventanales enormes. Mi cama parece demasiado grande también, hace tanto tiempo que no duermo en ella que me sentiré extraña al utilizarla.
Niall camina más adentro, donde están las puertas que dan al walking closet y el cuarto de baño.
Rápidamente y con torpeza le enseño ambas habitaciones. Él asiente dándole un rápido vistazo antes de quedarse mirando los estantes donde tengo mis libros favoritos y algunas fotografías de cuando era pequeña y otras donde aparezco con mis padres.

Si pudiera hablarme, le preguntaría que está pensando ¿Es demasiado? Muchas personas se sienten abrumadas por todo estos lujos y no saben como asimilarlo ¿Él se sentirá así? Después de todo, no puedo fingir que es la vida que me ha tocado vivir.
Niall camina hacia la cama y se sienta al borde, mirándome. Por alguna razón, mis mejillas se calientan, es la primera vez que un chico entra en mi habitación y tenerlo aquí me vuelve muy tonta y algo tímida. Alzando su dedo índice, me pide que me acerque.
Cuando estoy lo suficientemente cerca, sus manos sostienen mi cintura y mis manos van inmediatamente a su cuello.

-Daría lo que fuera por saber que estás pensando —Admito y sus labios se curvan en una sonrisa —De verdad lo deseo mucho.

Él suspira mientras se acerca y me besa la boca. Es un beso cálido, suave y dulce.

-Duerme aquí conmigo, no quiero dormir sola —Le pido y él asiente —Gracias. Ahora prepararé la tina, no te muevas de aquí —Dándole un beso rápido, desaparezco dentro del baño.

No entiendo porqué mi corazón está tan acelerado. Hemos hecho cosas, hemos estado juntos pero ¿Porqué se siente como si fuera la primera vez? ¿Será porque estamos aquí, en mi casa? Todo parece demasiado nuevo, demasiado diferente.
Comienzo llenando la tina con agua caliente mientras busco en los estantes las velas con aroma a limón y algunas esencias. Quizá es demasiado, no lo sé, pero deseo pasar una noche agradable y especial con él.
Rápidamente el cuarto de baño comienza a humedecerse debido al vapor y sonrío cuando el aroma de las esencias que he puesto en el agua caliente inunda mis fosas nasales.
Cuando vuelvo a la habitación, Niall está acostado al centro de mi cama, con los ojos cerrados. Sonriendo, gateo sobre esta y me acuesto a su lado. Él sonríe también.

-Ahora puedes venir —Le pido y él se incorpora junto conmigo. Llevándolo de la mano, entramos en el baño y él observa la tina —¿Te gusta? —Niall besa mi cabello, un claro signo de que aprueba lo que he hecho —Bueno... —Susurro mirando su ropa —Hay que... Ya sabes... —No termino la frase.

¡¿Porqué demonios estoy tan nerviosa? Aria, detente! Niall me regala una de sus sonrisas coquetas antes de guiar sus dedos al dobladillo de mi camiseta y comenzar a subirla. Dejo que me desvista y acaricie mi piel mientras guía sus manos a mi espalda y quita el broche de mi sujetador, exponiendo mis pechos.
Él los observa y pienso que me tocará, pero no lo hace. Continúa con mi pantalón, bajándolo junto con mis bragas. El resto termino por quitármelo yo mientras lo observo desprenderse de su ropa rápida y ágilmente.

-El agua no debería estar tan caliente... —Comienzo a decir, pero mis palabras quedan al fondo de mi garganta cuando él se acerca y me besa profundamente.

Gimo sin poder evitarlo. Su lengua húmeda se desliza dentro de mi boca y acaricia la mía mientras guío mis brazos alrededor de su cuello y él tomándome del culo me alza y envuelve mis piernas en su cintura. La parte más cálida y blanda de mi cuerpo se une a la parte más dura de él y jadeo.
El deseo me atraviesa y totalmente excitada le susurro que deseo hacerlo en mi cama, entre mis sábanas.
Pero al parecer, él tiene otros planes, porque me guía a la tina. El agua se rebalsa y cae como cascada, empapando las baldosas cuando nos sentamos.
Suspiro. Realmente lo quería, pero decido esperar hasta que terminemos nuestro baño de agua caliente.