𝐄𝐅Í𝐌𝐄𝐑𝐎 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀

38.

Capítulo 38.

Aria.

Estoy nerviosa por lo que pueda decirme Maura. Hasta ahora solo hemos hablado de mi viaje a Atenas, del clima, del invernadero y de las compras que estamos realizando.
Mientras ella elige los alimentos, yo la sigo por el pasillo en silencio. De vez en cuando le pregunto sobre algunos en especifico y que tan saludables son, a lo que ella amablemente me explica. Y es que hay mucha comida irlandesa que no conozco, pero estoy totalmente dispuesta a degustar.

-Oh, casi lo olvido. Las golosinas  —Me explica mientras ingresamos al pasillo que podría ser el paraíso para cualquier niño. Le sonrío.

-No los malcries, Maura —Ella se ríe.

-Supongo que es inevitable —Asiento sin dejar de sonreír —Estoy segura que tus padres también lo eran contigo.

Vuelvo a sonreír mientras observo las barras de chocolates.

-Sí, lo hacían —Asumo un poco melancólica.

-Oh cariño, lo siento mucho.

-Está bien —Le sonrío —Para mí es inevitable sentirme así al hablar de ellos. Los echo mucho de menos.

Maura asiente. Ambas estamos detenidas en mitad del pasillo, mirándonos.

-James me ha dicho que estabas muy feliz de volver y alejarte de Atenas —Me dice.

-Sí, la verdad es que sí. Amo mi casa, mis recuerdos y todo lo que está allá, pero los acontecimientos de estos últimos días han sido demasiado para mí —Le explico —Quería escapar de Grecia, lo antes posible. Por eso fui tan feliz al volver, aquí se siente como un hogar.

-Y lo es —Ella acaricia mi hombro brevemente —Este es tu hogar, Aria.

-Gracias Maura, eres muy linda conmigo.

-Porque eres una niña muy especial e increíble —Le sonrío con timidez —El hombre que se vuelva tu esposo, será muy afortunado.

-Oh —Su comentario me hace reír con nerviosismo —falta mucho para eso, pero gracias por el cumplido.

Ella también sonríe.

-¿No existe nadie que remueva tu corazón? —Me pregunta y desvío la vista para alcanzar algunos chocolates —En Atenas por ejemplo ¿No dejaste ningún corazón roto?

-No —Sonrío dejando las barras en nuestro carro —Nunca he tenido novio, y nunca nadie se intereso por mí.

-¿Ni siquiera en el instituto? —Me pregunta mientras avanzamos nuevamente por otro pasillo.

-No que yo supiera al menos. No tenía amigos —Admito, ella me observa con tristeza —Pero está bien, yo soy tímida y no ayudaba mucho.

-Aún así, creo que sí debió existir alguien que era tan tímido como tú que no se atrevió a decírtelo. Eres linda, es imposible que nadie se haya fijado en ti.

-Maura —Susurro acariciando su hombro con cariño —Terminaré creyendo que es verdad.

Ella se ríe.