17: Un dolor que ayuda

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Me encontraba completamente mojada, rodeada de polvo blanco, mirando firme a mis sandalias. Estaba enfrente a mi casa pero no quería entrar, estaba segura de lo que me esperaba del otro lado y era el peor momento para que Samuel me gritara.  Mientras evitaba mirar adentro de casa, gire tras mío para observar como algunos del pueblo se acercaban a lo que quedo del hogar Madrigal. El humo blanco seguía desparramado y yo no lograba aguantar mas las lagrimas. 
SE PUEDE SABER DONDE- Mi hermano abrió la puerta bruscamente. Ni entre y ya estaba reprochándome. El se quedo en silencio al ver mi estado y solo se corrió de la puerta permitiéndome entrar.  Yo me quede quieta en esa enorme sala, aun mirando mis pies. Samuel se me puso enfrente, esperando una explicación. Algo, una excusa, un comentario, hasta un grito. Pero solo me tire al suelo a llorar desesperada. 
Perdóname, perdón. No quería preocuparte, quería ayudar. Solo quiero ayudar_  balbuceaba torpemente entre mi voz quebrada. Samuel se agacho y se sentó en el suelo. 
¿Qué fue lo que te paso ___?_ dijo el limpiando mi mejilla. Intente limpiar mis mocos por llorar para explicarle lo mejor que pudiera.
Los Madrigal, perdieron su casa. Pude hacer algo, pude ayudar. Ahora están sin magia, sin casita, sin Mirabel..._ al recordar que abandone a mi amigo apenas Mirabel se fue, me hizo sentir peor. Me eche a llorar en los hombros de Samuel mientras el acariciaba mi pelo. 
Si que eres una tonta_ escuche a Samuel decirlo fuerte y claro. Yo solo me quede en silencio escuchando y mirándola confundida. 
No eres un superhéroe, tampoco tienes  magia como los Madrigal. Que sepa no eres psicóloga y menos una guardiana o algo así_ no entendía si lo que el me decía era lo obvio o recitaba a alguien. Antes de seguir hablando, corrió un mechón de mi pelo tras de mi oreja. 
Eres ___, que por mas excepcional que seas, también eres una persona normal._ entre cerré mis ojos, no entendía que tenia que ver que fuera normal con la casa Madrigal. 
Eso no tiene nada que ver. La casa de Mirabel se perdió por completo y _ me interrumpió Samuel. 
Y no fue por tu culpa. Tampoco tu responsabilidad ocuparte de la familia de Mirabel y aun así, estuviste en su casa todo el día en el peor momento._ Samuel me hizo levantarme y me guio al espejo rectangular de la casa. 
Mira como estas_ dijo entre risas burlándose un poco de mi apariencia. Es verdad que era un tanto graciosa. Tenia mi vestido completamente manchado de colores por las flores, mojado por la lluvia y para complementar, blanco al rededor de este al igual que mi pelo. 
Estoy hecha un desastre_ dije firme mientras miraba mi reflejo.  
Creí que tendrías tu nueva apariencia pronto, pero no creí que fuera esto_ dijo riéndose. Yo no entendí su comentario, "nueva apariencia?".
¿A que te refieres con "nueva apariencia"?_ lo mire fijamente desde el reflejo del espejo. El sonrió tiernamente. 
Ya sabes, la gente después de cosas duras, pasa un tiempo a solas para si misma y después Bum, cambia de apariencia completamente._ el comentario de Samuel me hizo percatarme que desde que llegue al encanto. No tuve ni un día para mi misma. Tal vez la noche del vestido, pero no fueron ni 8 horas. Como si mi hermano supiera lo que pensaba, siguió hablando.
Creí que apenas llegaríamos, los días serian serios y tu te encerrarías en tu cuarto, después de todo lo que paso en el pueblo con papa, todos estábamos en un momento deprimente. Pero no, te levantes con ánimos, fuiste al pueblo e hiciste amigos. El abuelo estaba feliz y yo también debo admitir. Pero no le digas a ese tal Camilo, que si no se confía mucho_ reí tontamente a su ultimo comentario. Mi hermano dándome ánimos me ayudaba mucho. 
Pero ___, a veces, uno necesita tiempo para si mismo. Tal vez en busca de autoayuda fuiste con tus amigos, tal vez distracción o solo tienes un corazón muy blando. Pero el punto  es que todos estos días, sobrepusiste al resto antes que a ti y eso, no siempre es lo mejor_ mi hermano coloco sus manos sobre mi hombro y se arrodillo para que lo pudiera ver de frente. Todo lo que decía me hacia llorar. Nunca tuve un momento de duelo, jamás me había sentado a pensar en mi misma y ahora solo sentía como mi cabeza tenia todo dando vueltas. Samuel me acaricio la mejilla y entre llantos intente hablarle.
Papa estaría haciendo un chiste ahora para que dejara de llorar_ dije con nostalgia, haciendo que mi hermano y yo riéramos con un tono decaído. 
Si, el hubiera hecho eso_ dijo Samuel sonriendo.
Lo extraño mucho, me gustaría que estuviera aquí, que los dos estuvieran aquí_ dije recordando a nuestros papas. Mi hermano seguía sonriendo con ternura, era claro que el si tuvo su tiempo de duelo. Yo solo lloraba mientras los recordaba. Mi hermano se paro para abrazarme y así permanecimos un buen rato. Los dos Núñez abrazados.


Camilo Madrigal x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora