7: Donde puedo ser yo

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Ya estábamos a unos 2 días del cumpleaños de Antonio. Mirabel y yo estuvimos trabajando toda la semana en su regalo especial, para cuando reciba su don especial. Nos encontrábamos en su cuarto trabajando. Ella estaba en su escritorio cociendo mientras yo estaba sentada en su cama dándole detalles a la caja para el regalo.  Entonces le intente contar que podría ser de ayuda, pero como siempre, me aparto_ me comentaba Mirabel amargamente. Ella y yo en esta poca semana no lográbamos despegarnos una de la otra. Era la primera amiga en años que teníamos en muchos tiempo, estábamos entusiasmadas y algo densas para el resto de personas. Logre conocer a Mirabel mas a fondo, ella era una chica simplemente inspiradora. Me contaba como su familia la dejaba de lado por la falta de un don pero siempre estaba firme ante todo y con una enorme sonrisa. Me provocaba admiración y a la vez muchísima tristeza. Pero bueno, seguro la abuela me dará pronto un trabajo_ afirmo ella intentado hacer desaparecer el silencio triste que había dejado. Yo si fuera tu, ya hubiera soplado esa maldita vela_ le contestaba con un tono de bronca en mi voz. Odiaba escuchar como su abuela era la que mas la apartaba de la familia y  odiaba cuando mi amiga la intentada justificar.  Ella rio ante mi comentario. Estoy hablando en serio. Si no lo haces tu, lo hare yo_ le indicaba con seriedad mientras la apuntaba con el pincel que tenia en mis manos para decorar el regalo.  Mirabel sonrió mas con amargura y miro fijamente al peluche que terminaba de cocer. Eso solo desprotegería el encanto. Solo tengo que encontrar alguna forma de ayudar a la familia, si tan solo tuviera un don, podría serles de utilidad_ vi como mi amiga estaba apunto de agregar un comentario para invalidar el otro y fingir que todo es un melodrama suyo. Me levante antes que pudiera hablar y sostuve entre mis manos sus hombros.  Mirabel Madrigal, eres súper increíble sin un don. Eso es mas que suficiente. No tienes que demostrarles nada, solo abrirles los ojos_ intentaba convencer a mi amiga mientras la sacudía para que bajara de las nubes con sus pensamientos tan negativos. Ella solo me miraba con ojos abiertos, mientras intentaba no marearse. Empezó a reírse y separo mis manos de sus hombros. Esta bien, esta bien. Intentare seguir convenciendo a la abuela_ me decía con una sonrisa mas real en sus labios. Le palme la espalda y volvimos a nuestros lugares para seguir trabajando. 

Había pasado un buen rato, cuando note que el sol empezaba a bajar

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Había pasado un buen rato, cuando note que el sol empezaba a bajar. Nos falta muy poquito, ¿no podrías quedarte hasta tarde?_ me dijo Mirabel mientras notaba lo mismo que yo. Me encantaría, pero sabes que mi hermano me agarra de las piernas para atarme en  una silla, si vuelvo a llegar tarde a casa. Ella miro al suelo buscando alguna solución. Te invitaría a dormir, pero Toñito duerme aquí y notaria la sorpresa. Mire por la ventana en dirección al pueblo. Podrías venir tu a mi casa a dormir. Ella miro al pueblo y luego a mi, parecía pensarlo con seriedad. Podría ser, nunca había dormido en otro lugar que no sea casita. Mire con ternura a mi amiga, ella nunca tuvo una amiga tan cercana, supongo que tampoco tuvo pijama das en otra casa.  Me levante, ordenando las cosas del regalo para guardarlas en mi mochila. Yo me solía llevar todo para que Antonio no sospechara nada.  Esta bien, ¡vayamos a tu casa!_ me respondía Mirabel, que aun seguía sentada en su escritorio. Ambas sonreímos y salí del cuarto de Mirabel, ella tenia que cambiarse y prepararse, mientras yo, la esperaría en la entrada. Al salir al pasillo donde se encontrabas todas las puertas, vi como enfrente de la de Mirabel, estaba la de camilo.  Me llamo un poco la atención, así que me acerque lentamente a esta. Cuando llegue, me encontré con una figura que representaba a camilo, de fondo, estaban dos personas, estas representan su don de mutar.  Empecé a verlo con detalle. Note como la puerta de camilo, era la única que tenia los ojos de su persona para arriba, como si estuviera sonriendo siempre. Al notarlo, se dibujo en mis labios una sonrisa torpe. Camilo y yo no tuvimos tanto contacto como el que tuve con Mirabel, pero siempre estaba ahí de una u otra forma. Siempre que aparecía, el día se volvía divertido, era un chico que siempre me sacaba una sonrisa, eso me agradaba mucho.  Mientras seguí admirando la puerta, note algo de la parte de abajo. No puede ser_ anuncie con un tono de sarcasmo en mi voz, mientras estaba sola en ese pasillo. 

Camilo Madrigal x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora