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Entonces pasó su pulgar cercano a mi labio. Limpiando el chocolate. Y me sentí nervioso. Porque quise alejarme de él, porque no podía evitar que los primeros recuerdos que haya formado con él hayan sido a través del miedo y el enojo.

Desvié la mirada, y él pareció notar ese nerviosismo.

-Lo siento, no quería-

Sonreí un poco.

-Te disculpas mucho-.

-Lo lamento es que-

Cubrí mi boca con mí mano para evitar reír.

Él solo me observó. De una forma que me generaba escalofríos. Porque ya no notaba odio en su mirada, ni malestar.. no eran como esos rubíes. No.. él.. me miraba distinto. No sé cómo explicarlo, solo siento que.. que tal vez soy un poco bonito. Porque si esos ojos tan lindos me observan constantemente quizás..

Sin notarlo nos miramos, analizamos nuestros rostros. Y recordé las palabras de Kacchan. Entonces rompí el contacto con sus ojos, porque yo no era bonito, era horrible. Era un asco. Y probablemente si él.. no.. ¿Por qué siento qué él no pensaría eso? No entiendo..

Entonces la puerta se abrió y yo brinqué en mi lugar al igual que él.

-¡Max vamos a jugaar!-.

Eeri! Estoy con Izuku-.

-Jm. Entonces ¡Juguemos con Izuku!-.

Pequeña-.. pft. Reí, porque, probablemente cuando ella creciera, Max querría largarse de su casa.

-Terminemos esto y vayamos a jugar-.

Él asintió con una sonrisa, terminé la taza y el muffin que había mordido, tras eso y cinco minutos para digerir por lo rápido que habíamos comido, salimos al patio a jugar.

Y ella me mostraba cada uno de sus juguetes, con sus nombres y cómo fue que los consiguió.

Tiene más de tres decenas. Ayuda.

-Y esta se llama Sofía, fuimos a comer a un restaurante y la encontré en el suelo-.

Yo asentía y sonreía para esa pequeña, preguntadole cosas como "¿Y este?" Cada que ella creía que me aburría. Max nos miraba desde una hamaca que tenían en un árbol. Entonces me sentí observado.

Me ponía nervioso.

-Max nunca trajo amigos a casa. ¿Eres amigo de Max?-.

Eso me puso todavía más nervioso, porque no sabía que responder. Entonces evadí la pregunta..

-¿Y esta linda muñeca?-.

-Ah, esa me la compró mí papá cuando..

***

-Perdona. No creí que mi hermanita te obligaría a jugar con sus muñecas a la hora del té-.

-Descuida. El señor teddy no tiene buenos modales-.

Le susurré.

Nos echamos a reír. Como tantas veces en esa tarde.

-Me divertí-.

-Pues vuelve a venir-.

-¿Es una invitación?-.

-O tal vez yo puedo ir-.

-Todavía no. Mejor espera tomando una taza de té con la señorita Sussy-.

Lo empujé un poco y él me sonrió.

¿Cuánto más...? 《¿Katsudeku?》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora