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Continuación de 'primer día'.

No sabía cuanto tiempo estuvo en la misma posición. Arrancando la piel de su cuero cabelludo, provocando ardor en la mayor parte de su cabeza.

Estaba sumido en un mar de pensamientos, entre ellos, se encontraba un rubio con carácter explosivo. Su mente no podía dejar de crear las mil y un formas de cómo, ahora, sin Kacchan, arruinarían su vida hasta el final del período escolar.

Pero todos aquellas posibilidades se dispersaron en el instante en el que escuchó un sonido detrás de él. Un leve golpe a su puerta.

Ya llegó.

Se levantó con pesar, sus piernas temblaban. Su espalda y estómago ardían. Sentía la sangre corriendo por su ropa, dejando una clara mancha de aquel líquido carmín que cubría casi toda la prenda.

Tomó el picaporte en sus manos y tan solo con hacer fuerza para que la puerta se abriera, le dolió fuertemente. No tenía ninguna capacidad física. Perdió y seguía perdiendo sangre. Sin mencionar que no había ingerido ninguna bebida u alimento desde el almuerzo.

Finalmente el umbral quedó libre, tan pronto como pudo divisar a la castaña Izuku cerró sus ojos esperando los gritos de Uraraka. Le esperaba una gran reprimienda.

-Izuku, ¿qué suced-...

Uraraka observo el cuerpo que se presentaba frente suyo. Estaba completamente lleno de un liquido rojo brillante que chorreaba por sus ropas. Inmediamentamente asumió que era sangre.

-¡IZUKU!---su mente no podía detenerse a procesar. Tenía que actuar---.

la castaña comenzó a revolver en su bolso, sacando del antes mencionado un botiquín de primeros auxilios.

*****

Uraraka había terminado su llamada con el pecoso, y rapidamente estaba preparando su bolso para ir a la casa de Izuku. Estaba preocupada ya que el peliverde no le pediría que valla por cualquier cosa trivial. Menos con tal apuro, sin explicación ni previo aviso. Algo había pasado. Y era muy probable que tenga que ver con la salud de Izuku. Por eso, metió sin pensarlo dos veces un botiquín de primeros auxilios. Solo por las dudas...

*****

Agradecía enormemente a sus instintos por sus adentros.

-U-uraraka y-yo..---Izuku no sabía que decirle a la castaña, ¿que excusa podría decir ahora?---.

-¡LUEGO ME EXPLICAS IZUKU!, SACATE ESO, ¡PERO YA!---la castaña, alterada habia comenzado a temblar. Su cuerpo estaba muy tenso y sentía que lo unico que recorrían sus venas eran nervios---.

Empujó su bolso a algún lugar de la habitación. Obviamente tomando el botiquín con la mano antes de eso.
Apurada, abrió el botiquín y las cosas calleron al suelo, el pecoso quería ayudar a juntar las cosas pero ella no se lo permitió.

-¡Ni te atrevas!---junto las cosas rapidamente, tomando entre sus manos los objetos que iba a necesitar---date la vuelta. Esto va a doler-.

El pecoso con mucho esfuerzo, se sacó su playera lentamente. Le dolió todo el cuerpo puesto a que como las articulaciones se estiraban, las heridas también. Provocando que sangren con más fuerza. Lanzó la prenda a su sofá y se dió la vuelta. Dandole la espalda a Uraraka, confíaria plenamente en las habilidades curativas de la castaña. Puesto a que el día que se conocieron ella supo como atenderlo adecuadamente, así que eso no le preocupó en demasía.

¿Cuánto más...? 《¿Katsudeku?》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora