8 (editado)

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Aclaraciones (¿?

Sé que no le dí mucha importancia o relevancia al fallecimiento de Inko. Sé que no escribí mucho de ella así que quiero escribir un poco de como Izuku tuvo que llevar las cosas. (Esto se sitúa en el capítulo 'mamá')

Sin más, comenzamos

《 - 》

Izuku estaba rodeado de personas, toda esa multitud solo se reunía con un propósito. Era el de dar inicio a la ceremonia de despedida al cuerpo de su madre.

Ver el cuerpo de su mamá en descomposición luego de unas horas del incidente, y después de algunos días ver aquel cuerpo en perfectas condiciones... no lo podía digerir. Era casí como si se tratase de una muñeca de porcelana dentro de una pequeña caja de cristal, le dolía demasiado.

Y el funeral solo empeoró todo. En la ceremonia se encontraban los Bakugou, obviamente allí no estaba Katsuki. Algunos vecinos y amigos cercanos. Otros simplemente habían cruzado palabras con la peliverde.

El hecho es que Inko le agradaba a cualquiera que la conociera.

Era una mujer muy bella, algo regordeta y bajita. Era muy humilde y sencilla. Amable, considerada y educada. Ninguno de los presentes podría decir o mencionar algún defecto o directamente algo malo en Inko.

Luego de un breve discurso de Izuku, quíen no pudo decir mucho por las enormes e incontrolables ganas de llorar. Todos pasaron y contaron una que otra anécdota con la peliverde. Una historia, una conversación o simplemente decían que la peliverde no merecía aquello y que debían ser fuertes por ella.

Luego de todo eso, Izuku escapó de la multitud y se encaminó hacia el ataúd. Dejó en el cuerpo de su madre un collar que planeaba regalarle cuando llegaran a la cabaña. Y pronunció lo siguiente.

---Mamá...

Trató de retener el aire en sus pulmones, como si eso le diera el coraje suficiente para decir lo que tenía en mente.

---Sé que no fui el mejor hijo. Para nada lo he sido. Te causé... Muchos problemas y estrés. Sin mencionar que, siempre fuiste una preocupona...

Pausa. Respira.

Finge que nadie está escuchandote.

Piensa que estás solo, con ella.

---Siempre me mimaste y me diste todo lo que pude pedir...Me odio por no haberte hecho recordar a diario lo mucho que te amo...O lo mucho que me encantaba que me revuelvas el cabello...Como me encantaba cuando en las mañanas tarareabas mi canción de cuna...

Su voz fallaba. Tartamudeando, seguía intentando.

No quería llorar tanto. A su madre no le gustaba que llorase si no era por alegría.

---O cuando simplemente me dejabas dormir en tu regazo por horas sin quejarte...Te extrañaré demasiado mamá. Te fuiste muy pronto, ¿no crees?

Una sonrisa. Torcida, fingida. Tan falsa, como todos aquellos que dicen conocerla. Ella era mucho más que una pobre mujer divorciada.

---¿Qué haré sin ti...?, mamá sé que estás en alguna parte del cielo, no hay manera de que no estés co un par de alas.

Se le escapó una pequeña risita. No imaginaba a su madre de otra manera.

---Por favor, nunca dejes de observarme. Te amo mamá-.

El pecoso mucho antes de haber comenzado quería ponerse a llorar. No fue si no hasta que terminó sus palabras que se dió el permiso de hacerlo. Pero a medida que iba recitando lo que quería, las pequeñas gotas saladas que recorrían sus mejillas hasta terminar en su barbilla, solo aumentaban. Su voz se cortaba y apretaba fuertemente sus puños, provocando que sus nudillos se volverían blancos por la presión impuesta en ellos.

¿Cuánto más...? 《¿Katsudeku?》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora