Me resultó demasiado adorable que se haya apartado al instante en el que mis labios dejaron de tocar su mejilla.La tocó suavemente con sus dedos. Me miró, rojo.
-Estás rojito, pequitas-.
-¿Eeh? Tú igual-.
Me cubrí el rostro con una almohada, la más cercana que tenía. Sentí aunque no lo ví, como Max se sentaba en la camilla, poniendo sus piernas lado a lado de las mías.
Con cuidado tomó el almohadón, lo quitó de mi rostro.
-Me gusta verte nervioso. No te cubras-.
...Es imposible que no me ponga aún más rojo por eso.
Hubieron algunos segundos de silencio, en los que solo nos miramos, detenidamente y con concentración.
-Umh. ¿Qué hora es?-.
-Oh, descuida, le informé a los profesores y no correrán las faltas, no te preocupes-.
-Entiendo.. gracias-.
Max se bajó, volviendo a generar la distancia entre nosotros. Lo cual, yo sentía que era lo correcto.
-¿Te acompaño a casa, pequitas?-.
-Sí, por favor. Aún me duele el estómago-.
-Está bien-.
Salió de mi vista, cuando apareció otra vez tenía mi bolso y el suyo, se puso ambos y me extendió los brazos. No entendí.
-¿Puedes caminar?-.
-Estem... No lo sé-.
-Entonces no me veas así. ¿Te subes o te alzo?-.
-Umh. Prefiero subirme-.
Me siento una carga ya. Me molesta, pero realmente no creo que pueda caminar. Ese golpe dolió demasiado. Me subí a su espalda, rodeando con mis brazos su cuello mientras que mis piernas casi abrazaban su cadera.
Él también cargaba los dos bolsos.
-¿Estás seguro de que puedes?-.
-Confía un poco, no soy tan débil pecas-.
-Mm-.
Tuve la osadía de dejar mi rostro cerca de su cuello. Mis párpados pesaban, tenía ganas de dormir. Ya salíamos de la escuela.
-A-am.. pecas-..
-¿Sí?-.
Balbuceé. Estaba por quedarme dormido. Me acomodé un poco más, apretando mi agarre en su cuerpo. Tenía frío, y su cuerpo era calentito.
-¿Podrías.. no respirar tan cerca de mi cuello?-.
-¿Eeh?-.
-Me das.. escalofríos-.
-Mmn-.
Apreté mis piernas alrededor de su cadera.
-Pero tengo frío-.
-Está bien pero-
-Estás calentito. Tengo frío-.
-Pero pecas-
-Déjame-.
Me escondí en su aroma. Huele a.. ¿Cómo explicarlo? Huele a.. café. Sí, amargo, como el café. Pero es.. adictivo.
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¿Cuánto más...? 《¿Katsudeku?》
DiversosIzuku, un adolescente que sufre de acoso por parte de su mejor de la infancia y compañía. Todo es muy normal para él, está acostumbrado. Sin embargo, su cuerpo es llevado al límite, y desde ahí todo parece ir de mal en peor. Su vida se arruina en su...