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Sunghoon y Jaeyoon tuvieron que acostumbrarse poco a poco a la ausencia del coreano americano en su salón de clases y especialmente a su ausencia en sus horas de receso

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Sunghoon y Jaeyoon tuvieron que acostumbrarse poco a poco a la ausencia del coreano americano en su salón de clases y especialmente a su ausencia en sus horas de receso.

Sus tradicionales picnics llenos de cantidades inimaginables de comida no pasan desapercibos ahora que carecen del dote culinario y gusto refinado de su mejor amigo; sin duda alguna, las primeras semanas fueron las más difíciles, los destinados se habituaron a sus rabietas repentinas, su incomparable sentido de humor  y especialmente, a su importante "rol de cupido".

Faltan unos minutos para que termine su jornada escolar y Sunghoon recuerda con una sonrisa cómo la llegada de Jay a sus vidas lo puso celoso y en estado de alerta al punto de preocuparlo al notar el interés del mayor en "su Cachorrito".

¿Cómo olvidar que tuvo que correr como desquiciado para tomar de la mano a Jaeyoon y que ese "intruso" entienda que Jaeyoon había encontrado a su destinado? No importaba si en ese entonces tenían sólo once añitos, Jay debía entender que no podía pretender acercarse al dueño de sus pensamientos y de su corazón con intenciones que no sean las de sólo un amigo.

A pesar de sus celos y su instinto protector, Sunghoon entiende que no podía culparlo, pensar objetivamente en la atracción que sintió su ahora mejor amigo por "su Cachorrito" le es extrañamente comprensible pero nunca aceptable...

Pues verán, Sim Jaeyoon es como un pequeño Astro Sol que atrae a todo planeta que se cruce por su paso, lo atrae a que gire en su órbita y se sienta vivo una vez que ha ganado su atención, lo atrae a que se nutra de su amor, de su calidez humana y de su buena energía, lo atrae a que se le llene la vida de alegría y se ilumine con la más inocente luz proveniente de una dulce mirada o una sincera sonrisa del ahora adolescente de piel acaramelada, labios gruesos y esponjosos y ojitos semejantes a los de un pequeño perrito.

¿Quién hubiera pensado que sería gracias a ese entrometido niño recién llegado a sus vidas que Sunghoon pudo besar por primera vez a "su Cachorrito"? Jay jugó y juega un rol muy importante en sus vidas y en su relación como su cómplice y secuaz, como el guardián de su relación y como su propio cupido; sin duda alguna, la llegada del adorable Jungwon a sus vidas fue un premio a su constancia y paciencia.

Pensar en su primer beso, hace que el corazón del coreano lata cada vez más fuerte y sin control, recordar el primer roce de sus labios con los del pequeño australiano rodeados de esas hermosas flores de girasol le roban una sonrisa y un suspiro enamorado.

"La Diosa Luna es realmente sabia", piensa mientras observa el rostro de etéreas facciones de "su Cachorrito", que ahora se encuentra totalmente concentrado en el pizarrón y la lección de física formando un puchero natural con su labio inferior.

Sunghoon disfruta de su aroma secreto, que, a su entender es simplemente perfecto; pues Jaeyoon es su girasol, es su razón de vivir y el amor desbordante que le genera en el pecho se ha convertido en su móvil de vida y en la alegría de vivirla.

SUNFLOWER 🌻 JAKEHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora