Capítulo 8

14.9K 629 55
                                    

Si hubiera podido evitar esto lo habría hecho, pero no.

Aquí estoy, con el idiota camino a mi cita médica.

El aún sigue preguntando a donde voy y a qué, pero no pienso decírselo.

En realidad voy a ver a mi ginecóloga, porque necesito que me recete otras píldoras anticonceptivas, las que tomaba antes me caían mal y me daban muchos cólicos cuando tenía mi período, entonces dejé de tomarlas.

En fin, voy a que me de una solución y obviamente no pienso contarle todo a un idiota desconocido.

Llegamos al lugar, el solo se guió por la dirección que le di y como es un consultorio privado, no es muy evidente por suerte.

—Necesito saber que vas a hacer. —Dice serio, como si fuera mi obligación decírselo.

—No. Ya vuelvo. —Respondo y abro la puerta para bajar.

—¿Me harás hablarle a tu padre? —Suelta y me quedo quieta.

—¿Qué le dirías a mi padre? Dime. —Cuestiono burlándome de él.

—Mira, cría inmadura, el me contrató para cuidarte, debo saber a donde vas siempre, así te duela aceptarlo. Entonces... ¿Quieres decírmelo a mi ahora, o me lo dirás luego de que te regañe tu papá?

Bufo molesta por la invasión a mi privacidad. —Voy a ver a mi doctora.

—¿Doctora? ¿Por qué? —Indaga.

Antes de responderle más nada, cierro la puerta del auto con fuerza y entro al consultorio.

No pensaba darle más detalles, no le incumbe.

~

Bueno, después de todo, la ginecóloga me recetó otras píldoras, que contienen una droga diferente y la verdad espero que estas sí sean buenas.

Me dijo que utilice protección extra por al menos las primeras dos semanas. Ugh.

Voy saliendo del sitio y en la sala de espera me encuentro a Harrison.

¿Qué hace aquí dentro?

Lo regalé una amorosa y fulminante mirada, el se puso de pie y ambos salimos del lugar.

—No era muy difícil decir que fuiste a un ginecólogo. —Menciona sin problema.

—¿Tu crees que voy a contarte esas cosas? —Pregunto de mal humor.

—¿A caso te da vergüenza? —Dice viéndome fijo.

—Cállate. —Respondí sin más, mientras mis mejillas se ponían coloradas.

Guardé las píldoras que me dio mi ginecóloga bajo mi asiento para evitar que las viera y preguntara algo de eso.

Por alguna razón, tenía miedo de que preguntara algo más, me daba vergüenza aunque no fuera nada raro.

—¿Qué haces? —Pregunto desconcertada. —Este no es el camino a casa.

—Tengo que pasar por un lugar. —Respondió sin darme más explicaciones.

De todas formas no quería preguntar mucho, si no quería que el indagara en lo mío, no lo haría yo tampoco.

Llegamos a un barrio en los suburbios y el detuvo el auto en una casa que tenía muchas motos aparcadas afuera.

Aún estando dentro del auto podía oír el ruido proveniente de aquel lugar, aparentemente había una fiesta, o algo así.

—¿Te quedas? —Pregunta antes de irse, respondo que si con la cabeza. —Ya vuelvo, no te muevas.

ERES MIA, ENTERATE. (+18) / 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 / 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora