Capítulo 82

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Narra Harrison.

Trato de levantarme temprano porque no quiero que Destiny se vaya por ahí y deje a mi hijo quién sabe donde con la niñera y ya no pueda verlo más.

Así que, despierto temprano, me alisto y golpeo su puerta.

Espero que no siga con el mismo humor de anoche.

Ella abre la puerta, con Chase en brazos y ambos parece que ya van de salida.

—Ten esto un momento. —Dice tirándome la mochila de Chase por la cabeza.

—¿A donde lo llevas? —Pregunto. —Hola, campeón. ¿Quién es el bebé más hermoso? —Le hablo a Chase.

—Nos vamos a la playa. —Responde indiferente. 

—¿Puedo ir? 

—No. —Dice sin siquiera pensarlo y me quita la mochila.

—No estuve con él en todo el día ayer. —Me quejo.

—Ahhh, pero para estar con Isabella si tuviste tiempo. —Suelta enojada.

—El dormía a esa hora Destiny, no inventes. —Me defiendo. —Bien, iré de todos modos.

—¡Te dije que no, Harrison! —Espeta.

—¿Entonces dime para que diablos me trajiste? ¿Para quedarme en una habitación viendo la televisión? —Pregunto molesto.

Ella hace un gesto de confusión. —Oh, ¿para que te traje? no lo recuerdo, quizás te traje para que te acuestes con mi prima... Sí, eso debe ser. Para que seas el entretenimiento de la familia.

Intenta irse caminando pero la detengo. —¡Deja de actuar como una maldita celosa!

—No estoy celosa, haz lo que te plazca.

—Entonces déjame ir con ustedes. —Vuelvo a pedir. —Quiero estar con mi hijo.

Ella suspira y vuelve a lanzarme la mochila de Chase.

Bueno, eso es casi igual a un sí.

~

Ya en la playa elegimos unas reposeras con sombrilla que estaban a unos pocos metros del agua, Destiny baja a Chase y apenas sus piecitos tocan la arena se siente incomodo y comienza a llorar.

—¿Qué le pasa? —Pregunto.

—Es la primera vez que siente la arena, es algo nuevo para él. —Responde animándolo a bajarse otra vez.

Al cabo de varios intentos, Chase comienza a acostumbrarse y luego ya hasta se sentó sobre la arena.

Le doy todos sus juguetes que traía en la mochila, palitas de diferentes formas, un balde y formas para hacer tortitas.

Ambos nos quedamos a su lado viéndolo y vigilándolo que no coma nada que no sea comestible.

—¿Te quedas con él? —Pregunta luego de un rato, asiento. —Voy a meterme, cuidalo bien.

Se pone de pie y se quita un especie de pañuelo que llevaba amarrado en la cintura, ella le llama pareo, para mi es un trapo. 

Y se va metiendo lentamente en el agua.

Carajo, a veces se me olvida que está tan buena. 

Me dejé impresionar por Isabella, pero en realidad, como Destiny no hay ninguna.

Como un idiota me quede mirándola y dejé de prestarle atención a nuestro hijo.

Cuando recordé que debía verlo constantemente y voltee a verlo ya tenía en su boca rastros de haber comido arena.

ERES MIA, ENTERATE. (+18) / 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 / 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora