Capítulo 30

9.3K 414 28
                                    


Mi padre notó que estoy más sola de lo habitual y más deprimida de lo normal asique me sugirió que lo acompañe a un viaje de negocios.

Acepté porque tal vez me sirva para poder pasar de página.

Son tres meses en Inglaterra.

No me gusta viajar mucho, pero ahora necesitaba alejarme un poco de mi vida normal.

Asique heme aquí, entrando al hotel en el que nos hospedaremos.

Subimos al ascensor y nos dirigimos al penthouse, ahí "viviremos" por estos meses.

Dejo mis cosas mientras mi padre habla por teléfono. No alcanza a poner un pie en el país que ya está gestionando cosas.

El penthouse es realmente enorme, y la parte más linda de todas es que se ve toda la ciudad desde aquí arriba.

—Hija, en un rato debo salir, tengo un evento.

—¿Evento de qué? ¿Ya? ¿Ahora?

—Una empresa celebra su aniversario. No iría si no fuera porque hay socios importantes con los que debo tratar.

—¿Y no podría ir yo también? —Pido viéndolo con cara de niña buena.

—No pensé que quisieras asistir a un evento de este tipo. —Dice sorprendido.

—No tengo más nada que hacer. — Me encojo de hombros.

—Bien, alístate rápido que en media hora pasarán por nosotros.

A toda velocidad me doy un baño, me visto y me maquillo un poco, ni siquiera pude secarme bien el cabello, pero eso no es problema para mi.

Me puse un vestido negro acorde a la ocasión, no es muy largo porque no quiero verme como una anciana, pero tampoco es tan corto como yo quisiera.

Me gusta el color negro, combina con todo. Es sofisticado, sobrio, rebelde, elegante, es lo que quieres que sea.

Llegamos al evento y veo que hay muchas personas, todos tienen un porte excelente, son personas de mucho dinero y de muchas apariencias. Este ambiente es tan aburrido e hipócrita.

Acompaño a mi padre a saludar a algunos socios, pero en cuanto puedo me voy de su lado, no tengo ganas de charlar con gente tan falsa.

Me acerco hacia un balcón que hay en el sitio, me asomo y la noche se ve preciosa. Asique opto por quedarme ahí al menos por un rato.

—No siempre se puede ver algo tan lindo —Interrumpe mis pensamientos alguien detrás mío.

—¿La vista? ¿Si, verdad? —Respondo sin haber volteado. Un brazo se apoya sobre el balcón rozando levemente el mío y miro hacia mi costado, observando al hombre que está a mi lado.

—No, tú. — Sonríe ladino y una corriente por mi cuerpo me toma desprevenida.

—¿Connor? —Digo sin poder creermelo.

—Recordaste mi nombre.— Responde viéndome con sus ojos azules.

—Tengo buena memoria. 

Él sonríe. —¿Y sigues soltera?

Asiento —Con los típicos problemas del desamor. 

—¿Problemas del desamor? —Cuestiona. —¿Por aquel chico?— Asiento y el hace una mueca de desaprobación.

Se acerca más y juega con mi cabello. —Ven.

—¿A donde?

—¿No te parece aburrido estar entre toda esta gente? —Pregunta viendome con interés.

ERES MIA, ENTERATE. (+18) / 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 / 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora