Capítulo 81

4.6K 253 17
                                    

Narra Destiny.

Antes de ir por Chase para irnos a dormir, quise darme un tiempo para relajarme sola. 

¿Saben hace cuanto que no pruebo una gota de alcohol? Hace muchísimo tiempo.

El querer ser una buena mamá me hizo olvidar que existían esas cosas.

Isabella insinúo que no podría hacer más nada con un hijo, porque la muy perra sabe que, en efecto, no lo hago.

Y eso lastimó un poco mi ego, jamás pensaría que arruiné mi vida quedándome embarazada, pero si admito que siento que me perdí un poco a mi misma.

El hotel es parte de un complejo, así que si no quieres irte a tu habitación a dormir tan temprano tienes miles de cosas por hacer en el mismo sitio. 

Le pido al bartender que me prepare un trago, uno de esos exóticos que hay en este lugar.

—Señorita, aquí tiene su Cocoloco. —Me da literalmente un coco que contiene no sé que, pero huele riquísimo.

Y luego de probarlo sé que no solo huele riquísimo, también sabe espectacular.

Estoy disfrutando mi deliciosa bebida mientras veo una cantante en vivo, hasta que mis ojos por alguna razón encuentran sin querer a dos personas.

Harrison e Isabella... Están bastante lejos de mi, pero aún así puedo verlos con claridad.

Sigo tomando mi Cocoloco, pero ahora sin poder disfrutarlo. Ahora mismo, todo me sabe amargo.

Ni siquiera podía disfrutar de la cantante, ahora mi vista estaba en cada gesto y acción de ellos.

Están charlando muy animadamente, la maldita Isabella aprovecha cada oportunidad para tocar sutilmente a Harrison. 

Si hubiera sabido que me los encontraría, hubiera preferido irme a dormir. 

Por mi salud mental, dejo de verlos y opto por irme afuera hacia donde está la alberca. Dejándolos fuera de mi rango visual.

Mierda, este Cocoloco no se termina más. ¿Tan grande puede ser un coco? Le entró demasiada bebida dentro.

—Sabía que encontraría cosas lindas en Aruba, pero tú me sorprendes. —Me habla un hombre bastante guapo. —Alexander. —Se presenta y extiende su mano para que le de la mía. 

Pongo mi mano sobre la de él sin dejar de beber de mi Cocoloco. —Un placer, Alexander. Tienes un acento interesante. —Digo simpatica.

—Por ahora solo te diré que soy hispano... —Contesta sonriéndome. —¿Y que tal? ¿Te gustó? ¿La bebida?

—Ufff... Es la mejor cosa que probé en mi vida. —Digo contenta.

—¿Es tu primer día aquí? —Pregunta y asiento. —Entonces lo mejor que probarás en tu vida tendré que enseñartelo. 

—¿Dices que hay cosas mejores? No te creo. —Contesto sonriendole.

—Dime cuándo y dónde y te mostraré. —Habla viendome fijo.

Me le quedo viendo unos segundos, haciendome la desinteresada. —Si nos volvemos a cruzar, te dejaré que me muestres lo que quieras. 

Él hace una sonrisa coqueta. —Hecho. 

—Hasta pronto. —Me despido de aquel extraño que se veía como un dios caribeño.

Llego a mi habitación y me encuentro a Chase ya dormidito. 

Pobrecito, no lo he visto en todo el día casi. Mañana lo llevaré conmigo.

Le abro la puerta a Laura, la niñera, para que vuelva a su habitación, ya que volví, ella puede irse... Cuando estoy por cerrar del todo, oigo risas y voces provenientes del pasillo.

ERES MIA, ENTERATE. (+18) / 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 / 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora