Capítulo 13

12.5K 527 12
                                    

Narra Destiny.

Si ayer apenas comenzaba a agradarme, lo poco que había logrado simpatizarme lo destruyó en menos de un segundo.

Aunque era mi culpa, fue un error esperar tanto de alguien como él.

Solo espero el momento en el que me digan que se fue de esta casa, que terminó su trabajo y que no debo volver a verlo nunca más.

—Sí... Ruego porque eso pase pronto. —Murmuro hablando sola como una loca mientras sigo acomodando un poco mi habitación y haciendo algún que otro baile estúpido.

La música que tenía puesta en mi teléfono es interrumpida por el sonido de la notificación de mensaje.

Me acerco rápido a ver y es un mensaje de papá.

Realmente estaba agradecida de que aceptara que fuera con Aldo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Realmente estaba agradecida de que aceptara que fuera con Aldo. No soportaría viajar otra vez con Harrison.

Salgo de mi habitación y busco a Aldo para que me lleve, pero no lo encuentro por ninguna parte.

Le pregunto a Marta, la señora que viene a veces a hacer algunos quehaceres, pero ella tampoco lo ha visto.

Incluso les pregunté a los de seguridad y tampoco.

Muy a mi pesar, solo quedaba una persona a quién consultarle, que posiblemente sí tendría información.

Está sentado sobre los escalones de la entrada, fumándose un cigarro. Que poco productivo.

—¿Viste a Aldo? —Pregunto secamente sin más preámbulos.

—No. —Responde él aún más cortante.

Suspiro. —Entonces... ¿no sabes donde está? —Vuelvo a preguntar.

—Sí. —Contesta sin más.

—¡¿YYY?! —Suelto con impaciencia.

—¿Y qué? —Responde haciéndose el idiota.

—¡¿Dónde está?!

—Hoy es su día libre... O algo así dijo.

Bufo molesta. —Maldición.

No podía tener tanta mala suerte.

—¿Por qué? —Pregunta con interés.

—Tenía que hacer algo, no importa. —Digo y sigo caminando.

Pero luego de unos pocos pasos me detengo... No. No puedo simplemente no ir, papá necesita esos papeles y le dije que le haría el favor de buscárselos.

Harrison ve que me quedo parada como boba y me habla. —¿Necesitabas algo? Si tienes que ir a algún sitio, dime, Destiny.

—Podríamos hacer lo siguiente... Tu no dices nada y yo voy en un taxi feliz de la vida, así tú te quedas aquí muy a gusto también feliz de la vida. —Propongo orgullosa.

—No. —Responde él poniéndose de pie. —Tal vez tu quieras que me echen pero yo no. Dime donde tienes que ir.

La casa de mi abuelo queda lejos de la ciudad, está casi a una hora de mi casa. Por eso no quería viajar con Harrison, es demasiado tiempo en un auto a solas con él.

Para ser mas especifica, queda en las afueras de la ciudad, hay que cruzar el puente de Novadale y se puede apreciar todo el río alrededor.

Es un lugar muy pintoresco y lleno de naturaleza, apenas sales de tu casa y a unos metros tienes el río para ti solo.

Además de la vegetación y demás... Cuando era pequeña adoraba venir.

Después de otro típico viaje incomodo por fin llegamos y al bajar del auto mi cabello se remueve de una manera espantosa por el viento que hay.

Nunca se me dio por fijarme el pronóstico antes de salir de casa, esas cosas para mí no eran necesarias...

Ahora miro hacia arriba y lamento no haberlo hecho porque parece el fin del mundo.

Ay mierda, el cielo se ve tan oscuro que da miedo.

Entonces pienso que debo buscar lo que mi padre necesita urgentemente para poder irnos antes de que nos agarre una tormenta fuerte.

Harrison prefiere esperarme afuera.

—Apúrate. —Dice viéndome mientras yo básicamente corro.

Luego de estar tres horas intentando abrir la puerta, logré entrar.

Ahora estoy inspeccionando cada cajón, porque ni mi padre sabe dónde mi abuelo los habría guardado, solo sabe que están aquí.

Ok, Destiny, concentración, si buscas apurada peor es.

Unos minutos estuve así revolviéndolo todo hasta que por fin, por fin los encontré. ¡Listo!

Salgo corriendo felizmente y me encuentro a Harrison apoyado contra la pared con 0 intención de moverse.

—Ya está. ¡Vámonos! —Digo apurada.

—Te tardaste mucho. —Responde clavándome la mirada fría esa que tiene.

— Lo hice lo más rápido que pude. Ya vámonos.

—Te estoy diciendo que ahora ya es tarde. —Responde suspirando.

—No, no lo es, vámonos. —Vuelvo a repetir con apuro.

Apenas termino de hablar Harrison me agarra del brazo suavemente y me lleva hasta la entrada de la casa, desde donde se podía ver el pequeño puente y me señala justo ahí, el puente.

Mierda. No podía creerlo, el agua del río había crecido tanto que apenas se veía aquel puente.

Bueno, no es la primera vez que pasa en este lugar, ha pasado muchas veces, pero no cuando ni siquiera había llovido.

—¡Ni siquiera llovió! ¿Cómo es que? ¿Y ahora? Ay n...

—No sé si sabías pero el río no está solo aquí y con que haya llovido en cualquier parte que desemboque en él hace que crezca. Y a juzgar por aquellas nubes y el viento la tormenta ya viene hacia acá —Dice con total calma.

—¿Es en serio? Y si sabías tanto de nubes y bla bla, ¿por qué no las viste desde el auto cuando íbamos llegando y simplemente volvíamos a casa?

Se encoje de hombros. —Tu tenías que venir, yo no soy adivino, como puede que el rio creciera, puede que no. Son cosas impredecibles.

En este momento quiero matarlo pero no me queda otra que resignarme a esperar porque no podemos cruzar en estos momentos y juro que estoy rezándole a Dios, Buda, el Universo y a quién sea que haga que baje la crecida para poder irme.

No tarda mucho en ponerse más ventoso y luego empieza a llover bastante fuerte, a este paso veo muy lejos el poder irnos.

Entramos a la casa y me quedo mirando por la ventana esperando un milagro de la Pachamama para que deje de llover de esta manera.

Harrison está sentado en el sillón como si estuviera de vacaciones, ni se preocupa ni nada.

¿Cómo puede estar tan tranquilo?

Estamos en el medio de la nada, en medio de una tormenta y no se me ocurre nada bueno.

No, nada bueno podría pasar aquí y ahora.

ERES MIA, ENTERATE. (+18) / 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 / 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora