Capítulo 10

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En los días siguientes, traté de evitarlo lo más que pude. Después de perder mi dignidad aquella noche no quería verlo.

¿Qué habrá pensado de mi?

Seguramente cree que estoy loca por él y eso no es cierto.

Aria por fin vino a visitarme, los mensajes y las llamadas no eran suficientes para explicarle todo lo que ocurría en mi vida.

Necesitábamos chismosear en persona.

—Él te gusta. —Concluye Aria luego de toda nuestra charla.

—¿Que? ¿Cómo se te ocurre? —Digo haciéndole señas de que baje la voz.

No quiero que el idiota de Harrison escuche, aunque estamos en mi habitación sentadas en mi cama, él podría andar cerca y escucharnos.

—¡Acabas de contarme que querías besarlo! ¡Esperabas besarlo! ¡Ohhh... El te encanta! —Dice aún más fuerte, a propósito.

—Cállate, tonta. —Exijo tapándole la boca. —Esto... Es raro. ¿No se supone que solo debería tener ojos para Chad?

Aria frunce el entrecejo. —¿Hablas en serio? No es como que por tener novio los demás sean invisibles... —Hace una pausa. —Yo te entiendo, convives con un sexy chico que tiene intenciones de molestarte. La tentación está en tus narices.

—El es el peor amigo del mundo. ¿Por qué coquetea conmigo? ¡Soy la novia de su amigo! —Hablo lamentándome por Chad, que confía en el ciegamente.

—Sip. Es el peor amigo del mundo y no tiene códigos, o le gustas tanto que ni eso le importa. —Contesta mordiéndose el labio y levantando las cejas.

—No. Él quiere jugar conmigo, lo sé. Pero no voy a permitirlo, no más. —Digo con determinación.

Aria blanquea los ojos y sonríe. —¿Podrás?

—Lo dices como si fuera imposible. —Respondo.

Ella ríe. —Es que veo algo en ti... Él te gusta, hablas de él y te brillan los ojos. — Piensa un momento. —Sabes que me gusta como te ves con Chad, pero últimamente noté que él no te presta mucha atención... Todo para él es trabajo, trabajo... ¡Es como si estuvieras de novio con un anciano!

—Es que el es muy responsable. —Lo defiendo. —Pero es cierto que hemos estado algo distanciados, esperaba que en la casa de playa estuviéramos juntos más tiempo y ni siquiera se pudo. —Agrego lamentándome.

Era verdad. Las cosas entre Chad y yo estaban algo frías, apenas si nos veíamos, y ahora era aún más difícil teniendo a Harrison en el medio.

—¿Ya ves? Es como si... No lo sé, como que les falta algo. Lo puedo ver yo desde afuera, supongo que tú lo sientes... Algo no está igual entre ustedes. —Comenta A.

—Pero estaremos mejor. —Contesto convencida.

—Ughhh.... Deja de forzar las cosas. ¿Por qué no se dan un tiempo? —Suelta viendome fijo.

—No hace falta. ¿Sí? Lo quiero y punto. —Declaro firmemente.

Aria suspira. —Si tu lo dices... —Luego se pone de pie de un salto. —Debo irme, mi madre me tiene harta, quiere que cocine, que limpie, que esté ahí todo el tiempo. —Se queja.

—Ojalá te pudieras venir a vivir conmigo. —Digo soñando un poco.

—Algún dia me escaparé de casa. —Planea con entusiasmo... —Oye, ¿podrías conseguirme el número del rubio? —Pregunta de repente.

—¿De Cole? —Ella asiente con interés y yo sonrío. —Te lo conseguiré.

Bajamos a la sala y ahí está el... Trato de no mirarlo, no quiero ni cruzar miradas.

ERES MIA, ENTERATE. (+18) / 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 / 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora