Capítulo 46

5.8K 302 18
                                    

Narra Destiny.

Abrí la puerta del copiloto del auto de Harrison y apenas entré me intoxiqué por el olor a perfume que había ahí dentro. 

Miré a Harrison frunciendo el ceño, esto era extraño. Muy extraño.

-¿Porqué huele tanto a perfume? 

-Ah, no es nada... Se me rompió y se impregnó por todas partes.

Bueno, esperaba alguna excusa rara, pero eso si puede ser... 

Me acerco a él para besarlo, pero cuando lo observo... Mierda, sus ojos.

-No puede ser - Mascullo para mi misma alejandome de él.

-¿Que pasa?

-¡Fumaste! Estuviste fumando, es eso... Por eso tiraste tanto perfume.

-¿Qué? No... -Responde haciendose el inocente.

-Tus ojos no dicen lo mismo.

El baja el visor del auto y se mira en el espejito. 

-Mierda, bien, sí. Solo fumé un poco. 

No volteo ni para verlo, me  quedo con mi vista puesta en la ventana.

-¿Y porqué?

-No lo sé, Destiny. Lo siento, ¿sí? 

-¿Como no sabes? ¿Porqué demonios volviste a fumar Harrison? ¿Hace cuanto que estás-

-¡Basta! Maldita sea, basta. No, no fumé en otra ocasión, esta fue la primera vez en meses y estoy harto de que trates de cuidarme como si fueras mi madre. ¿Quieres saber porqué lo hice? Porque me gusta, porque me gusta y surgió. 

Me quedo callada. Abro la puerta del auto para bajarme. Prefiero pedir que alguien más venga por mi.

-¿Que demonios haces? - Me grita.

-Vete, y sigue fumando, vete a hacer todas esas cosas que te gustan y yo me iré sola.

-No empieces por favor. Sube al auto Destiny. -Dice con tono autoritario.

-No. 

Me quedo parada en la acera mientras le marco a Aldo, el chofer de la familia, que venga a buscarme. Harrison está en el auto muy tenso.

-Sube al auto, Destiny, te lo diré una sola vez más. -Me clava sus ojos grises, que ahora mismo están dilatadísimos.

-Te dije que no, adiós. 

-Bien. -Dijo una ultima vez y salió a toda velocidad.

No puedo creer que haya vuelto a hacer eso. Quizás yo sea muy tonta y exagere sobre eso, no es como si se inyectara o algo así, pero sé que aún así eso no es bueno para él y me molesta que lo haga.

Unos minutos más tarde llega Aldo, me dedica una mirada de compasión.

-Sí Aldito, peleamos por eso te tuve que llamar. 

-Está bien señorita, y seguro ya se arreglarán, siempre lo hacen. Es un buen muchacho.

-Supongo que si... - Digo con cansancio.

-¿La llevo a la casa?

-No Aldo, llévame a la casa de Cole. Quiero hablar con Aria un rato.

Llegamos a donde viven mis amigos y le dije a Aldo que se volviera a la casa, después me tomare un taxi.

Aria me abre la puerta, y para mi sorpresa ellos ya tenían invitados... Bueno, un invitado. 

Saludo a A, a Cole, y luego toca saludar a Chad. 

ERES MIA, ENTERATE. (+18) / 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 / 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢***Donde viven las historias. Descúbrelo ahora