Baekhyun siempre quiso casarse por amor, pero pertenecer a la clase alta implicará que deba unirse con alguien a quien no ama, y las circunstancias provocarán incluso una creciente antipatía entre los recién casados.
La barrera entre el odio y el am...
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La siguiente semana pasó en un suspiro mientras los preparativos de la boda se organizaban de forma apresurada, y para cuando Baekhyun se dio cuenta, el día finalmente llegó.
Estaba acompañado de su madre y varios estilistas, ayudándolo a vestirse con un elegante traje blanco, hecho a su medida y que resaltaba su esbelta figura.
Su cabello rosa, que sus padres no lograron convencerlo para teñirlo de un color "más decente", se negaba a moldearse, por lo que acabaron dejándolo ligeramente despeinado, a pesar de las quejas de la señora Byun.
El nerviosismo carcomía al doncel, sobretodo cuando llegó el momento de caminar del brazo de su padre, hacia el alto hombre de negro que iba a convertirse en su esposo.
Chanyeol se veía tan guapo, en opinión de Baekhyun; sin tan solo no tuviera aquella mirada llena de soberbia que al pelirrosa tanto le desagradaba. Evitó ver a cualquier persona en el amplio jardín, lujosamente decorado. Sus amigos estaban ahí, y también mucha gente a la que conocía de nombre pero apenas y había tratado.
Por fortuna, los Oh no habían asistido, a pesar de haber sido invitados por los Park. Tanto Baekhyun como Sehun habían decidido que lo mejor era que no estuviese presente para verlo casarse con otro.
El doncel nunca olvidaría la sensación de la mano fría de Chanyeol cuando su padre lo entregó a él, ni la forma indiferente en que el alto muchacho lo miró por unos segundos antes de voltear hacia el frente, donde un juez esperaba la indicación para comenzar.
-Antes de iniciar con la ceremonia... -Empezó diciendo el juez. -Es debido preguntarles, Park Chanyeol, Byun Baekhyun, ¿han venido aquí, por voluntad propia, para unirse en legitimo matrimonio?
-Sí. -Chanyeol fue el primero en responder.
Baekhyun se tardó unos instantes más, pero al sentir la mirada del juez sobre él, se apresuró a contestar.
-Sí. -Dijo mientras asentía.
El resto de la ceremonia, el doncel no prestó demasiada atención. Todavía en ese momento se cuestionaba sobre si debía aceptar tan sumisamente aquel matrimonio que se le estaba imponiendo o debía negarse. Todavía podía hacerlo.
El tiempo se le pasó entre aquellos pensamientos, y de repente volvió en sí al sentir la mano de Chanyeol presionando un poco la suya. Entonces se percató de que el juez estaba esperando sus votos. Chanyeol ya había dicho los suyos y estaba terminando de colocarle su anillo.
-Joven Byun, adelante, porfavor. -Indicó el juez.
-Lo siento. -Dijo el mencionado antes de mirar a su futuro esposo. ¿Cómo se supone que debía jurarle fidelidad y amor eterno a ese hombre, por el que no sentía ni el más mínimo cariño? Para cualquier persona, posiblemente sería cosa simple, pero para él, que era tan sentimental, no quería tener que hacer promesas de tal magnitud, sabiendo que no podría cumplirlas.
