Baekhyun siempre quiso casarse por amor, pero pertenecer a la clase alta implicará que deba unirse con alguien a quien no ama, y las circunstancias provocarán incluso una creciente antipatía entre los recién casados.
La barrera entre el odio y el am...
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Un incómodo silencio les hizo compañía en la enorme estancia. Chanyeol se había vestido ya y ambos se habían acomodado en los sofás, bastante apartados el uno del otro.
Baekhyun no tenía nada que decir, y el castaño no tenia idea de cómo empezar.
-Quiero disculparme por ser tan inflexible y tratar de controlarte como si fueses uno más de mis empleados. Estuvo mal que quisiera imponerte modales y actitudes que, claramente, no van contigo. -Comenzó por aceptar, muy a su manera y con un poco de ironía. -No hay manera en que pueda dominarte. No pacíficamente al menos.
-Que bueno que al fin te das cuenta.
-Además, estoy muy arrepentido... por... haberte obligado a tener relaciones conmigo. -Admitió. -Me dejé llevar por mis deseos, sin pensar en ti... y no tuve consideración por tu cuerpo. Fui irrespetuoso.
-Sí. Lo fuiste. -Reprochó el pelirrosa. -Pero no entiendo porqué ahora quieres mi perdón cuando en ese momento te importé un carajo. ¿La culpa ya está remordiéndote?
-Simplemente me cansé. -Confesó. -Quiero un poco de tranquilidad para mí mismo, y tú eres la principal causa de mis pesares.
Baekhyun le miró, sin creer que acabara de decir eso. -Tú no eres precisamente un ángel.
-Lo sé. Por eso, a partir de ahora, puedes hacer lo que mejor te parezca. Ya no voy a preocuparme por nada de lo que hagas. No pienso discutir contigo por ninguna otra estupidez.
El doncel frunció una ceja, mostrando su desconfianza. -...¿De verdad?...
Chanyeol asintió. -Y tampoco tienes que temer porque yo vuelva a... -Se tomó un instante, buscando el término que sonara menos horrible. -Ponerte una mano encima. Tienes mi palabra de que no volveré a tocarte sin tu consentimiento.
-Claro, ¿y piensas que con una promesa voy a olvidar todo y a confiar ciegamente en ti? -Dijo el doncel, con un tono sutilmente burlón.
-Es tu decisión si lo haces o no. Yo ya hice mi parte. -Respondió Chanyeol, con gran calma y conteniéndose para no caer ante las provocaciones inconscientes de su marido.
El pelirrosa se mantuvo en silencio. Si bien, no tenía ningún deseo por arreglar su matrimonio, le convenía que su esposo le diera absoluta libertad, y eso probablemente no pasaría si seguían peleando por tonterías.
-Bien. Supongo que el tiempo mostrará si realmente tienes buenas intenciones. -Concluyó. -Y si en verdad eres capaz de cumplir tu promesa y dejarme tranquilo. -Añadió, con frialdad, antes de irse del elegante salón.
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