Baekhyun siempre quiso casarse por amor, pero pertenecer a la clase alta implicará que deba unirse con alguien a quien no ama, y las circunstancias provocarán incluso una creciente antipatía entre los recién casados.
La barrera entre el odio y el am...
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Al día siguiente, la pareja apenas y se dirigió la palabra. Chanyeol se fue a la empresa más temprano de lo normal.
Y es que no soportaba la actitud fría de Baekhyun. No después de haberlo visto, el día anterior, tan sonriente y relajado. Parecía otra persona. Se veía tierno, y feliz, como si no se sintiera en el averno.
Sin embargo, él había arruinado eso; pero era porque realmente le preocupaba que su esposo tuviera un amigo como Oh Sehun. A pesar de que los negocios de los Oh con la mafia japonesa solo eran rumores, a Chanyeol no le generaba confianza.
Se mantuvo en la oficina, saturándose con el trabajo, en un inútil intento por distraerse de sus problemas en casa.
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Casi a media noche, Baekhyun se levantó y bajó a la cocina para tomar agua; se sorprendió cuando, al cruzar el salón principal, descubrió una figura sentada en el sofá. Cuando encendió la luz, su asombro aumentó.
—Siwon, ¿qué hace aquí todavía? —Cuestionó, extrañado.
—Perdón, señor, espero que no le moleste si me quedo otro rato, hasta que mi joven amo llegue a casa. —Explicó el mayordomo.
—¿Cómo dice? ¿Chanyeol aun no ha llegado? —Preguntó, mirando el reloj en la pared.
Siwon negó, despacio. —No, y estoy muy preocupado porque ni siquiera responde a mis llamadas.
El pelirrosa se quedó pensativo. ¿Dónde estaría su marido?
Era cierto que lo detestaba, con todo su ser, mas no por eso deseaba que le pasara algo malo.
—Está bien... puede quedarse todo el tiempo que quiera. —Respondió, sin dar mayor importancia y fue a la cocina antes de volver a su habitación.

A mitad de la madrugada, Chanyeol finalmente llegó a casa, acompañado por su mayordomo.
Siwon, en medio de su angustia, había vuelto a llamarle varias veces, y también a sus amigos.
