Baekhyun siempre quiso casarse por amor, pero pertenecer a la clase alta implicará que deba unirse con alguien a quien no ama, y las circunstancias provocarán incluso una creciente antipatía entre los recién casados.
La barrera entre el odio y el am...
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Baekhyun no pudo contener el miedo en sus ojos al escuchar las palabras del castaño. ¿Realmente sería capaz de obligarlo?
Una de las manos de Chanyeol sostuvo con fuerza su rostro, para besarlo de forma intensa. El doncel intentó apartarse pero al tratar de girar el rostro, sintió los dientes de su marido mordiendo su labio. Pronto saboreó el gusto ferroso de su propia sangre.
La mano que el castaño mantenía en la cintura de Baekhyun, se metió bajo la camisa blanca del traje de novio que todavía llevaba puesto. Las yemas de sus dedos recorrieron sutilmente su espalda, acariciando la piel suave y cálida, provocando que el más bajo se estremeciera un poco debido a los escalofríos que aquel tacto le provocaba.
Las caricias expandieron su límite, rodeando hasta el abdomen, y subiendo poco a poco hasta llegar al pecho. Los dedos de Chanyeol empezaron a masajear los pequeños pezones, que comenzaban a erectarse.
Baekhyun seguía removiéndose, intentando apartarse. Finalmente Chanyeol liberó sus labios, pero a cambio, llevó sus besos al cuello del pelirrosa, sin que sus manos dejaran de acariciarlo.
—¡No me toques! —Exclamó, con la respiración agitada y posando sus manos en el pecho de su marido, en un inútil intento por empujarlo.
—¿Qué me lo impide? Eres mi esposo, Baekhyun. Me perteneces. —Respondió, con altivez. Volvió a tomar la cintura de Baekhyun y lo cargó sobre su hombro.
—¡¿Qué demonios haces?! ¡Bajame, en este instante! —Gritoneaba el doncel mientras trataba de bajarse y daba repetidos golpes en la espalda de Chanyeol, que simplemente lo ignoraba al tiempo que subía las escaleras hacia la habitación de los recién casados.
Una vez dentro, arrojó, con poco cuidado, a su esposo sobre la cama. El doncel, de inmediato quiso levantarse al conocer las intensiones de Chanyeol, pero éste lo sujetó, colocándose sobre él. —Es la última vez que te atreves a darme un golpe, a la próxima no voy a dejarlo pasar. —Advirtió, y se dispuso a besar de nuevo el cuello de Baekhyun, dejando algunas mordidas a su paso.
—¡Ya basta! ¡No hagas eso! ¡Te dije que no quiero! —Se quejó, negándose a quedarse quieto mientras su marido lo desnudaba. —¡Por favor, no! ¡déjame!
A pesar de sus esfuerzos, Chanyeol era más grande y fuerte que él, por lo que no tardó en inmovilizarlo.
Ni las súplicas, ni el llanto, ni la mirada de terror en los ojos de Baekhyun, fueron capaces de frenar los más salvajes impulsos de Chanyeol.
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