37- Ocaso (parte 1)

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Chanyeol entró a la casa, encontrándola increíblemente silenciosa a pesar de ya haber amanecido

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Chanyeol entró a la casa, encontrándola increíblemente silenciosa a pesar de ya haber amanecido.

Se sorprendió de hallar a su esposo en el sofá, evidentemente esperándole. Iba a pasarse de largo, pero la voz de Baekhyun le detuvo.

—Finalmente te dignas a llegar. —Reclamó el doncel. —Estuve muriéndome de los nervios toda la maldita noche. ¿Se puede saber dónde estabas?

El castaño no respondió. Estaba conteniendo su enojo, puesto que al verlo recordó lo que había descubierto el día anterior. Sin embargo, no quería perder el tiempo discutiendo. Sólo quería tomar una ducha rápida y regresar al hospital, junto a su mejor amigo.

Kyungsoo era su principal preocupación en ese momento; luego podría encargarse del asunto de Oh Sehun.

—Estoy hablandote, ¿no piensas responderme? —Insistió Baek. —Al menos podías haberme avisado que pasarías la noche fuera.

Chanyeol se giró, con visible fastidio. Fue entonces que Baekhyun pudo ver las sutiles lesiones en su rostro. —No tengo la obligación a avisarte nada.

—¿Qué te pasó en la cara?

—Unos idiotas trataron de asaltarnos, acabamos peleando a golpes con ellos. —Respondió sin dar detalles.

—¿Estás bien? —Cuestionó el pelirrosa, sin ocultar su angustia.

—Yo sí, pero a Kyungsoo lo apuñalaron, y está delicado en el hospital. —Dijo, ante la atónita mirada de su esposo. —Si me disculpas, iré a tomar un baño para poder irme de nuevo; quiero estar con él cuando despierte. —Añadió y se fue, sin esperar una respuesta.

El agua tibia cayendo sobre su cabeza fue incapaz de apaciguar su mente. Sin embargo, el sentimiento que predominaba era el miedo; su mejor amigo se estaba debatiendo entre la vida y la muerte, y en gran parte, se sentía responsable.

Responsable por sugerir regresar a casa caminando; por ponerse de necio y preferir pelear con aquellos tipos; por no fijarse en la navaja; después de todo, quien debía terminar apuñalado era él. Si se hubiera dado cuenta, podría haber esquivado el arma, y Kyungsoo no habría tenido que atravesarse.

Era sencillo pensar en lo que hubiera podido pasar, pero nada de lo que pensara cambiaría lo que ya había pasado; y la culpa no iba a dejarlo en paz.

Mientras limpiaba su cuerpo, notó algunos hematomas comenzando a aparecer por sus piernas y en su abdomen.

No recordaba haber recibido tantos golpes.

Cerró la regadera, decidido a no perder más tiempo indagando en sus pensamientos. Se vistió rápido, secó su cabello y, frente al espejo, empezó a limpiar torpemente sus heridas.

Había varias en su rostro, probablemente ocasionadas por los anillos que el asaltante llevaba en sus manos.

Pasó una bolita de algodón con antiséptico y siseó despacio ante el ardor.

Matrimonio de amor (Chanbaek/Sebaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora