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Bajo la lluvia, en un clima muy pero muy frío, las finas capas de agua qué dejaba en el piso, se mantenían cristalinas. De un color tan puro, tan inocente cómo la mente de un niño.
Pero.. La sangre qué salpicaba sin parar en el agua, mataban toda inocencia misma.
Entre tantos, 2 personas se llevaban la atención en medio de todo, uno de ellos el ganador "Andrew" o lo qué parecía quedar de él, seguía masacrando a golpes a un Guido prácticamente casi muerto.
Cada impacto generaba un horrible sonido ensordecedor, como si de un maldito martillo aplastara carne con bastante agresividad.
Por cada golpe, cada vez más era la sangre qué manchaba el rastro qué la lluvia dejaría para mañana.
El cristalino tono pasó a ser un rojo oscuro, intenso y bizarro.
Si alguno de todos los presentes tuviera hematofobia (fobia a la sangre), seguramente vomitaria.
Bueno.. Algunos ni siquiera necesitaban padecerlo para hacerlo.
En medio de una multitud ensordecida, Andrew siguió golpeando a puño limpio, mientras era el expectador en primera fila en ver cómo los ojos de Guido perdían su color.
Estaba apunto de ceder ante la muerte, lo último qué observaria mientras su vida se escapa de sus manos, serían esos ojos perdidos en tristeza y rencor de Andrew.
Las pupilas de éste último parecían haberse dilatado en su totalidad, adueñandose con su color negro, pues Guido no veía más ese color verde.
Tal vez por qué ya estaba delirando, o sólo tal vez.. Porqué era algo más.
Cerró los ojos aceptando su destino, al final lo único qué quiso desde el inicio era eso, ser asesinado, esa era su única salvación a un sufrimiento qué solo él conocía.
Andrew levantó su puño una vez más, cubierto en sangre, con los nudillos desgarrados, listo para qué el próximo golpe lo convertiera en un asesino.
En ese mismo instante Andrew miró algo qué lo hizo dudar, cómo si de un de repente se acordara de algorepentinamente.
Un recuerdo fugaz qué lo hizo replantearse la idea en el último segundo.
Sin embargo poco le importó, apretó su puño con más fuerza y en un instante lo dirigió a terminar con su vida.
