10 DE OCTUBRE 7:50 PM HOSPITAL GENERAL DE SHINJUKU . .
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— ¿Lo conoce? — Fue la duda recitada a Andrew.
— Sí. Es un conocido — Frunció el seño diciendo poco para no revelar tanto.
En su mente una incógnita rondaba cómo si de una sorpresa medio extraña se tratase.
Realmente no entendía como era qué el señor koutaro pensaba, para Andrew el era un tipo bastante misterioso.
Incluso más misterioso qué la misma razón por la cual había venido a visitar a Poka.
Andrew sencillamente le agradeció cortézmente a la chica y emprendió pasó libre hacía la habitación de siempre, sin antes escuchar detrás suyo — ¿Vas a tocar para tu amiga? — Preguntó la enfermera, animandose.
Andrew regresó la mirada a ella con calma, preguntándose como se había dado cuenta de eso, aún que esa pregunta era innecesaria puesto qué llevaba el gran estuche en su espalda. — "Oh cierto.." — Se dijo para sí mismo sintiéndose estúpido.
— ¿No hay problema? — Preguntó por casualidad. No quería molestar a los otros pacientes.
La chica negó con la cabeza y afirmó con sus palabras — No. Para nada — dijo amablemente entre una sonrisa.
Andrew sonrió solamente antes de decir "adiós" y regresó a su corto viaje hacía donde se encontraba su discapacitada amiga.
Mientras caminaba por los pasillos libremente, podía sentir el helado clima recorrer por su rostro, como si una corriente debil pero fresca de aire golpeara su nariz. Era un día frío, Por lo menos al rededor de 10°.
Entre un mar de pensamientos, perdido como costumbre en una amarga incertidumbre, el chico de sudadera amarilla estaba a tan solo pocos metros de la puerta.
Simplemente tenía que abrirla, algo sencillo para todos pero para Andrew.. No era tan así.
Cada qué giraba la fría perilla de metal dorado tenía que enfrentarse una vez más ante esa imagen, ante su culpa.
Por ese mismo simple motivo se quedó pasmado delante de la puerta con la mano tocando temblorosamente el helado metal. "Simplemente giralo" "¿Por qué diablos no puedes hacer eso?" venían comentarios a su mente.
Cada uno era diferente pero causaba la misma sensación hostigosa.
Tragó saliva pesadamente y por fin se dignó a lograr el sencillo objetivo.
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