¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus ojos no daban crédito a lo qué veía, su mera velocidad y maestría con sus movimientos parecía qué lo ahogaban en frustración. Aceptar una pelea en estas condiciones rápidamente le hizo saber qué era una mala idea, una estúpida y fatal idea.
Recordando tan solo unos momentos atrás, cómo ni siquiera fue capaz de separar sus manos del cuerpo, sólo se limitó a defenderse mientras el atacaba. Una y otra vez, movimientos frenéticos y bien marcados.
A muy duras penas era posible esquivar o bloquear, aún qué lo hiciera, tanta carga de poder le lastimaba.
Aún qué retrocediera, el le perseguiria, aún qué esquivara, el seguíria y aún qué huyera, Senju le encontraría.
De aquí nace este momento.
La concentración del peliblanco dominaba con creces a Raiden quién en shock lo miraba colocarse encima de el con un gran salto acrobatico.
"¿Con qué fin?" Te preguntarías, pues Raiden Takahashi lo sabía muy bien.
— ¡Una patada! — Vociferó para seguido cubrir su cabeza con ambos brazos. Y fue en ese instante donde detonó.
En el aire como si fuese un ave, impactó una patada con el empeine tan fuerte qué le dobló los brazos. Raiden soportó como pudo.
La fuerza qué tenían esas patadas, era una completa locura para el, incluso el agua a sus pies charqueo levemente con tan solo la presión qué ejerció.
Esa pequeña reflexión le hizo perder de vista a Senju para el terror de este. Ni siquiera fue capaz de escuchar la pisada con la cual se movió, mucho menos era capaz de ver donde estaba.
Sentia cómo si se encontrara sólo en ese lugar, pero no, obviamente no lo estaba. Preocupado levantó su guardia y miró a todos lados, se comportaba como una presa, pues eso era literalmente.
La presa.
En aquél momento de ansiedad un escalofrío drástico recorrió su columna vertebral en modo de alerta, y fue ahí donde le escuchó. Una risa juguetona se posó detrás de este.
No tardó en nada en darse cuenta qué el cazador estaba detrás de él, como una sombra acechando en su espalda, con quién sabe qué motivos.
—"¡Detrás, veo la sombra en el agua!"— Se dijo aquello mirando el charco de agua a sus pies, qué le reflejaba como un espejo.
Confundido dudó un momento por el miedo. Esa persona no parecía Senju, más bien era un monstruo. Uno qué abrió los brazos y hizo ver su intención.