¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En el centro de aquella ciudad, donde los turistas, visitantes o simplemente familiares iban a caminar con el único fin de poder presenciar ese espectáculo con la vista.
Los colores tan vividos, las luces brillantes qué se veían aún de día en ese clima tan fresco de cielo gris, no cabía duda. Los encargados de la decoración se habían lúcido, parecía ser el trabajo de sus vidas.
Incluso habían santas para complementar, había pirotecnia, niños corriendo y chorros de agua danzando con los míticos colores de la festividad.
Todo era colorido, vivo, Pero... Jodidamente doloroso y tragico..
En medio de toda esa gente, pasando desapercibido. Había un chico de capucha blanca contrastando el ambiente familiar, pues venía practicamente solo..
Su cabello era totalmente negro, su mirada era calmada y su expresión no mostraba nada más allá de lo plano.
Sus ojos verdes tan solo presenciaban a los niños pasar el tiempo con sus padres, genuinamente eso le reconfortaba mínimamente, el ver para ser capaz de recordar lo qué perdió.
Era capaz de verse a si mismo años atrás riendo sin parar con ellos dos, sus padres. Eso le generaba una pequeñísima sonrisa de melancolía al recordar su felicidad al lado de su única familia.
Perdido en esas visiones solo un pequeño golpecito en su pierna lo hizo regresar a su realidad. Miró hacia abajo de inmediato.
— Ah..? — Fue lo único que salió.
El chico pelinegro miró como una niña pequeña abrazaba su pierna, mirándolo a el desde abajo.
Venía vestida con ropa y medias temáticas a navidad, además de una chamarra color negra.
Esta también portaba unos aretes dorados en cada oreja. Tan brillantes cómo los ojos de ella.
— ¿Sabes dónde está santa? — Preguntó con la inocencia característica de un niño.
Sus ojos verdes no hicieron más qué notar sus ojos completamente azules qué lo observaban con esperanza.
Se quedó en shock por un momento. Ese tono tan azulado le traían recuerdos al igual que su cabello rubio. Era como ver una versión pequeña de su madre pero sin esa mirada tan penetrante y atemorizante qué solía poseer.
El chico sonrió feliz;— Santa te debe estar buscando al igual que mamá — Contestó acariciandole su cabello.
— Pero no se donde está mamá.. — Confesó triste — Me escape para encontrar a santa — Sus ojos se iluminaron al recordar a sus padres decirle que santa vendría a ese lugar.
