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Por encima de todos, su fuerza y presencia la ponía en la cúspide del poder, el mero hecho de llevar en la espalda una pandilla tan fuerte como era Last Demon, era mérito suficiente para justificar su ego.
Con eso mismo, "ego" , era lo qué ella le transmitía primeramente con su mirada.
Aunque tal cual no era necesario explicar lo demás, ni siquiera ameritaba preguntar qué era lo otro, el sentimiento qué venía oculto y a la vez tan presente.
Todo ese mar de emociones sintió Andrew con ese simple contacto visual.
— Vaya pero qué imponente se ve ¿No lo crees? — Habló Kazutora con una sonrisa, por primera vez en tanto tiempo había sentido escalofríos y eso le emocionaba.
— Ni lo menciones.. Su presencia es jodidamente aplastante — Afirmó en las mismas condiciones qué su amigo.
En tanto tiempo, uno lo suficientemente largo para olvidar esa sensación, a ambos le recobraria el sentimiento de emoción como pocas veces en su vida.
— Bueno, saben qué no me gusta dar discursos estúpidamente largos — Comenzó a hablar.
En ese instante todos guardaron silencio como si en un funeral se tratase, la regla era qué cuando el toma la palabra, nadie en su puto sano juicio hablaría hasta qué ella estuviera de acuerdo.
Exactamente, todos con la mirada al frente, algunos con nervios de punta, otros con el semblante más respetuoso que podían, todos tenían facetas diferentes ligeramente.
Menos Hori, el en sus pensamientos se sentía atemorizado, era como ver a un maldito dictador ante sus ojos.
De repente una mano tocó su hombro con ligera fuerza. Ishida volteó lentamente aterrorizado, pero simplemente se encontraría a Takeda.
— Tranquilo, es normal la primera vez. Pero por dios deja de estar tan nervioso, pareces un puto niño — Le decia en un intento para calmarlo.
Cómicamente el pelinegro le soltó una expresión como si lo hubiesen castigado por un mes, el plan de Nori Takeda no tuvo efecto.
— Eres un fastidio, estúpido afeminado — Musitó suspirando con algo de molestia.
El peli negro bajó la mirada, por nerviosismo ni siquiera contestó a su insulto, sabía más que bien qué así no se comporta una persona fuerte.
El era una persona promedio en medio de unos bastardos qué solo gustaban de golpearse entre ellos. El era bueno con eso, realmente bueno, pero lleno de dudas y inseguridades, nunca lo sabrá.
