UN MES DESPUÉS 3 DE OCTUBRE POR ANDREW DETTMER . .
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Han pasado unas semanas desde el suceso, no.. De hecho había pasado un mes para ser precisos. Desde aquella pelea todo a estado raramente "bien" quiero pensar. Poka parece haber cambiado para bien y eso me alegra demasiado, es verdad qué hay veces donde ella necesita de apoyo, pero ella cuenta conmigo así como yo cuento con ella.
Últimamente me he dado cuenta de muchas cosas. La más importante es qué claramente ya no sufre el mismo acoso, eso también me alegra mucho, otra cosa es qué me he percatado qué es una chica extremadamente inteligente, tiene buena intuición, solo le faltaba confianza en sí misma.
Mi relación con koutaro parece haber mejorado, ya no es tan frío.. Bueno, un poco menos. Akira sigue siendo igual de amable como Siempre.
Eso y varias cosas más venían a mi cabeza de camino a clases, pero.. Algo parecía estar mal, un sentimiento de incomodidad invadía mi cuello, recorriendolo como un ciempiés qué me advertía de algo. Intenté encontrar el motivo, pero era imposible.
Sólo le reste importancia gran parte del comienzo del día, sin embargo se hacía más fuerte, mucho más fuerte. De pronto algo qué no sucedía hace mucho invadió mi mente, tras voltear a la ventana su recuerdo vino a mí.
— Papá.. — Dije sin darme cuenta en mi idioma original, de pronto como en ese día todos me voltearon a ver sorprendidos. Kazutora me miró un poco confundido listo para hacer un chiste, hinami y Saiko hicieron lo mismo pero un poco preocupadas, a fin de cuentas nunca solía hablar solo.
De todos ellos solo ella se distinguió, los demás dejaron de verme cuando yo dije una tonta excusa. Todos menos la única qué no podía presenciarme, de todas las personas, sus ojos invidentes me parecian lo más hermoso por algo ya característico y propio de ella.
Sin intentar hacer ruido acercó su mesilla junto a la mía, digo "intentar" porqué hizo de todo, menos ser silenciosa. Un rechinido nos reventó los oídos a todos y ella se dio cuenta de esto, avergonzada intento decir una excusa, pero los demás ya le había dejado de prestar atención. Ella nunca dejó esa torpeza qué hacía que la considerara más tierna aún.
Segundos después voltee la mirada y me encontré con esos ojos grises en un semblante preocupado.
— ¿Pasa algo? — Pregunté amablemente. Ella negó suavemente con la cabeza y respondió.
— Éstas un poco decaído, ¿Estas bien? — Preguntó en respuesta. Ella se había dado cuenta sin siquiera necesitar verme, sus ojos tristes me lo decían, sabía qué sería incapaz de dar una excusa.
