If i were a zombie [Y.M] [#1] [✓]

58

Jimin había perdido por un momento el conocimiento por lo cual ambos pálidos estaban hablando, el pelinegro buscaría la forma de salir de ahí y proteger a Jimin cueste lo que cueste. El peli naranja solo miraba al pelinegro y debes en cuando al chico que estaba inconsciente, le generaba curiosidad el chico idéntico a él, tenía todas sus características, incluso la marca de mordida en su mano.

—¿Cómo puedes estar con él sabiendo que mintió sobre tu origen? —le preguntó. —Es un falso y mentiroso.

—Deberías saber que tu padre ayudó a mi creación. —le respondió el pelinegro. —por él estoy yo aquí.

—Mi padre. —lo vio. —¿Está vivo?

—Lo está. —contestó. —Jimin ha hecho que se haga pasar por ZET para mantenerlo a salvo de cualquier peligro.

—Es mentira. —negó. —mi padre trabajo en su creación.

—Jimin lo sabe, pero fue la única persona que no lo trato mal y lo curaba cuando lo lastimaban. —le dijo el ZET. —él sabe cuán importante es tu padre para ti que se prometió cuidarlo.

El peli naranja golpeó con fuerza el cristal donde estaba su clon, este no se asustó ni un poco, si era cierto que Jimin le ocultó su verdadera existencia, pero nunca lo odio. El otro chico miró al pelirosa el cual abrió un poco los ojos para verlo, Jimin sonrió para el pelinegro el cual solo lo miraba.

—Ya no puedo defenderme Yoongi. —le dijo al peli naranja. —cumple con la orden de matarme, pero solo pido que dejes ir a tu clon, ya que él no tiene nada que ver aquí.

—No estás en derecho de pedir algo. —se acercó y lo tomó del cuello. —¿Cuál es el truco PROMISE?

—Tienes razón. —sus ojos se llenaron de lágrimas. —Yo no puedo pedir nada, por el hecho de que no existo. —río. —pero una vez me mates morirás tú también.

El peli naranja sacó la pistola y le apuntó en el corazón, Jimin no miraba al peli naranja, sino que al pelinegro el cual seguía golpeando el cristal mientras lloraba y gritaba.

—Yoongi te amaré siempre. —le dijo con su voz entrecortada. —no podremos ser una familia, pero moriré feliz sabiendo que pude disfrutar una última vez a tu lado.

—¡Jimin! —exclamó el pelinegro.

El pelirosa dirigió su vista al de cabellos naranjas y sonrió mientras sus lágrimas resbalaban, moriría, lo sabía por lo que sentía que recorría su interior, el virus que sabía que ocuparían si él en su momento de creación se revelaba.

Un disparo se escuchó y la sangre salpicó la blanca habitación.