¿VOLVER A ENAMORARME?

CAPÍTULO 37

LA RUBIA

NARRA SHAMSIEL

Y le conté la verdad, al principio intenté mentirle, pero no pude, no pude mentirle, a él no...

Así que le conté todo, excepto algunas cosas .

"No...
Tenemos que decírsela o se irá
¿Y si se la decimos y se va? Si no lo acepta bien.. si descubre nuestro pasado..
Esa es una decisión que tendrá que tomar él.
No quiero que se marche"

Esa fue la conversación que tuve con mi conciencia. Le decidí contar casi todo, y solo le conté que paso con Dylan, con mi hermano y Dina, pero no le conté la razón por la que escapamos y no le conté la razón por la cual me dejaron libre la noche que mate a mi hermano y a Dina.

Por que lo sé, se la razón por que el abogado me soltó y limpio todas las pruebas.

FLASHBACK

Al entrar en el gimnasio del instituto veo a tres hombres vestidos de traje, en una esquina. Me alarmo y giro sobre mis talones lo más rápido que puedo, al salir del gimnasio empiezo a correr.

Empujó a unos cuantos que me cruzo por los pasillos.
Me maldicen pero se apartan al ver que el hombre de traje me persigue.

—Encontramos al objetivo, escapa por la puerta principal.— escuchó decir al señor que me empieza a perseguir. Giro a la derecha y sigo corriendo, me está alcanzando. Así que plan B.

Le tiro la mochila a la cara y me agacho dándole una patada en la parte trasera de las rodillas haciendo que caiga. Intenta defenderse pero cojo la mochila y con el cordón le intento ahogar.

Patalea un poco y lo dejo inconsciente. Me separo y cuando estoy apunto de irme de nuevo siento un golpe seco en mi nuca haciendo que todo se vuelva negro.

Parpadeo unas cuantas veces para que mi vista se acostumbre a la luz, mi cuello duele como los mil demonios.

Levanto la cabeza y me paso la mano por la nuca. Agh, si que nos han dado fuerte.

Recorro la habitación con la mirada, un pequeño cuarto con un gran espejo en la pared, una mesa de metal frente a mi y otra silla de metal enfrente. No hay nadie y en dos esquinas hay cámaras, me miro al espejo, se que habrá alguien detrás de eso.
Pero solo logro ver mi reflejo un poco cansado.

La puerta se abre y entra la persona que menos esperaba ver. Connor.

—Rubio.— digo y la felicidad se translimite en mi voz, al intentar levantarme las esposas que tengo en las manos me detienen.—¿Me las quitas? Creo que no he hecho nada malo.—

—Has agredido a dos agentes, chiquilla— se sienta frente a mi con una sonrisa que me hace sentir segura.

—Creí que eran los hombres del abogado.— me defiendo.

—Eso explícaselo a ellos, ya pagarán tu fianza.— me tranquiliza.

—Cuando me saquen de aquí necesitamos hablar.— le digo acercándome un poco más hacia delante.

—Te han traído precisamente por eso. Han desaparecido Dina y Adam.— y es ahí cuando me entran los nervios.

—No tuve nada que ver.— se que él sabe que yo miento. Así que muy pero muy disimuladamente niego con la cabeza y el asiente muy suavemente.

—¿Donde estabas el viernes?—pregunta cauteloso

—Con Zack Collin, él te lo puede confirmar.— digo y confío en que Zack haga lo correcto.