Capítulo 42: El Festival De Las Rosas.

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Hace 5 meses

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Hace 5 meses

Las voces de muchos de mis compañeros se alzaron en un solo grito luego de que el Maestro informara sobre los acontecimientos que posiblemente ocurrirían esta noche. Cuando recibimos el aviso de una reunión de emergencia nos imaginamos un millón de teorías, sin embargo, de todas las cosas que podía habernos comunicado, lo que menos esperábamos era que se produciría un asalto en la ciudad.

—Maestro, ¿está seguro de lo que dice? —se escuchó una voz al fondo, pero había tantos magos reunidos en el gremio que a duras penas y podía llegar a distinguir a alguien.

—Sí el Maestro lo dice no hay necesidad de cuestionar sus palabras —sentenció Pal, con su tono fuerte y cortante como solo ella sabía usar.

Sus palabras hicieron que de inmediato el comedor entrara en un pronunciado silencio y al ver que nadie se atrevió a romperlo, volvió a su lugar en la fila. Y es que la imagen que se presentaba frente a nosotros resultaba intimidadora, extraordinaria y una que no todos tenían la fortuna de ver. Los Genesis, cada uno de pie y con postura firme, nos observaban con ojos afilados desde el segundo piso del gremio y justo en el medio de ellos, la figura del Maestro con su brillante abrigo rojo era el que más destacaba.

Tanto Pal como Vista habían estado fuera de la ciudad por semanas, por lo que advertirlos entrar por la puerta esta mañana nos causó a todos una gran sorpresa. La presencia de Liana siempre era solemne, así que verla a ella y a Karina con una actitud tan seria en sus rostros fue algo que me desconcertó y que reflejó con mayor profundidad la seriedad de la situación. Aisarus y Prys tan callados como siempre. Apenas y se movían, y su quietud solo logró ponernos a todos más nerviosos. No vi por ningún lado a Silver. Al parecer tanto él como Rauz habían declinado la oferta o tal vez las respectivas misiones en las que se encontraban no les permitieron volver al gremio a tiempo. La escena con esos cincos era impresionante, aunque de haber estado esa persona esto podía ser diferente.

Claro... si él hubiera estado allí parado, habría sido una fiesta y no una reunión tan tensa.

—El Maestro no nos habría reunido a todos en el gremio si no creyera que el enemigo planea algo —intervino Liana, a lo que todas las miradas ahora apuntaban hacia ella—. Los números no mienten, y de seguro ustedes también habrán notado la cantidad de concentración mágica que repentinamente comenzó a sentirse en los alrededores de ciudad desde hace una semana. Está mañana, los niveles de energía se han ido a los cielos, lo que significa que están deseosos por empezar algo y su Maestro no movilizaría a tantos integrantes de su gremio si no tuviera la intención de ocasionar una guerra.

—No sería tan idiota como para hacerlo —intervino Gillman. Lo miré, tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados en señal de resistencia. Tanto Fraud como Drull se encontraban a su lado, y pese a la brusquedad con la que su amigo tomó la palabra, ninguno se atrevió a silenciarlo—. Sabemos el resentimiento que le guarda al Maestro, sin embargo, atacar una ciudad repleta de magos no es muy diferente a un suicidio. Hemos peleado contra integrantes de Silent Farse antes y entre sus filas abundan magos débiles y cobardes. A su Maestro no le interesan si sus integrantes mueren o no, pero estoy seguro que no mandaría a Silent Farse a la tumba solo por unas ridículas ansias de venganza.

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