Capítulo 13: Estrategia.

87 17 34
                                    

Controlar la explosión fue mucho más complicado de lo que anticipé

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Controlar la explosión fue mucho más complicado de lo que anticipé. Tener alguien tan cerca, hizo que mi fuego se pusiera aún más nervioso y actuara desenfrenadamente por lo que, al expulsarlo, no pude desviarlo como lo tenía pensado. Escuché cómo las llamas se tragaban la roca y la madera, dejando una tormentosa nube de cenizas que me desorientó por unos segundos. Sentí la brisa y el calor del exterior y al alzar la vista al frente, contemplé la puerta del gremio completamente destruida, sin embargo, el alcance no se extendió más allá de unos pocos metros, por lo que la ciudad no se vio envuelta en mi explosión. Suspiré aliviado. Miré a mi alrededor y confirmé que había logrado destruir la prisión de piedra en su totalidad. Busqué al hombre que hace apenas unos segundos se encontraba conmigo, pero al dar un paso, me tambaleé torpemente debido al sobreesfuerzo que había realizado.

Pese al agotamiento, logré percibir una respiración.

—¿Sigues en una pieza? —pregunté intentando recuperar el aliento.

La nube de hollín me impedía ver su persona, más podía sentir su débil palpitar no muy lejos de mí.

—Sí..., mejor que nunca —lo escuché responder con dificultad. Parte del humo se despejó y finalmente logré verlo. Se encontraba agachado y con una rodilla en el suelo. Otra gran parte de su ropa se había quemado y de su armadura mixta solo quedaba la zona de las piernas y partes del hombro izquierdo. Tenía unas cuantas quemaduras en los brazos y una herida profunda que sangraba en la frente. El hombre respiraba agitadamente mientras intentaba reincorporarse sin mucho éxito—. Tú... gran hijo de... ¿Estás seguro que... no intentabas matarme? —se quejó, entre gemidos.

Caminé hacia él y me sorprendió verlo en una decente condición.

—Resististe mejor de lo que esperaba —respondí ante su comentario.

Soltó un largo suspiro y alzó la vista hacia mí. El brillo en sus ojos no se había desvanecido y su determinación no parecía haberse apagado ni siquiera un poco.

—¿Acaso eso es un cumplido? —carcajeó para sí mismo al mismo tiempo que se ponía de pie.

En ese momento mis instintos reaccionaron agitadamente y mi fuego se encendió lo suficientemente rápido para frenar y partir en pedazos una enorme roca que nos interceptó.

¡Maldición, ese bastardo!

Tiré los trozos de roca al suelo y busqué con la mirada a mi enemigo. Razar se encontraba a unos cuantos metros frente de nosotros. Tenía una sonrisa burlona en su rostro y no parecía sorprendido por vernos libres. Sostenía una pequeña roca en la mano con la que jugaba libremente arrojándola al aire repetidas veces.

—Ya era hora de que decidieran unirse a la fiesta —nos dijo conteniendo una risa entre dientes—. Estaba empezando a ponerse aburrido por aquí...

—Maldito, ¿qué has hecho con los demás? —preguntó el hombre a mi derecha.

—Quién sabe..., tal vez estés pisando pedazos de ellos en este momentos —respondió y seguidamente comenzó a caminar hacia nosotros.

Soul LeafDonde viven las historias. Descúbrelo ahora