—No... no puedo —balbuceé apenas con un hilo de voz.
Las piernas me fallaron ante tanta concentración de energía y por quinta vez en el día, caí al suelo de rodillas. La piedra bajo mis pies descalzos estaba caliente a causa de mis llamas. Intenté reincorporarme, buscando respirar algo que no fuera azufre y cenizas. Entre el movimiento mi cuerpo dio un sobresalto, haciendo que una nueva oleada de dolor lo invadiera de golpe. Apreté los dientes reprimiendo el grito que amenazaba por escapar de mi garganta, mientras sentía como los huesos de mis brazos se desquebrajan al mismo tiempo que volvían a recomponerse. Temblando y apenas con la suficiente conciencia como para enfocarme en algo más que no fuera el sufrimiento, me observé las manos. Los dedos despellejados, empapados de sangre a consecuencias de haber hecho arder mis palmas hasta atravesar la carne por completo. Incapaz de poder abrazarme, no pude darme consuelo a mí mismo.
—De nuevo —se alzó una voz, emergiendo de una figura corpulenta que aguardaba impasible a unos cuantos metros en la total oscuridad.
Con los ojos repletos de lágrimas por el dolor, negué con la cabeza ante su petición.
—De nuevo —repitió Valgus y en esta ocasión pude sentir un rastro de impaciencia en su tono.
Agaché la cabeza tocando el suelo con la frente mientras dejaba que las lágrimas se resbalaran por mis mejillas.
—No... quiero... —sollocé, casi atragantándome con mis propios suspiros.
—¡De nuevo! —escupió ahora con un deje de enfado.
Volví a negar y temeroso por su reacción, me mordí los labios tan fuerte que ahora sentía la sangre acumularse en mi boca. El hombre soltó un bufido y caminó con paso lento y pesado hacia donde estaba. Sabía lo que vendría y aun así ni con eso puede controlar los espasmos que mi cuerpo comenzó a realizar. Su figura se detuvo a un paso de mí y tras un largo minuto de silencio habló:
—Te falta potencial, ¿acaso crees que con ese fuego tan débil lograrás algún día alcanzar el poder necesario para convertirte en un Maestro?
Lejos de animarme, sus palabras solo hicieron que los recuerdos se avivaran en mi cabeza. Escenas de un campo de flores, una noche estrellada, una fogata en el bosque y una figura sosteniéndome en su espalda; me azotaron con intensidad haciendo que el sentimiento de calidez y seguridad que estos generaban fuera incluso más grande que el atroz dolor de mi cuerpo hecho pedazos.
Max...
La voz de Valgus volvió a sonar, alejando así cualquier intento de mi mente por entregarme algo de consuelo.
—No me hagas repetirlo otra vez, Trade. De nuevo.
Tristeza, frustración e ira se arremolinaron con fuerza en mi interior y de ellas conseguí las fuerzas suficientes para abrir la boca.
—¡No quiero! —grité, alzando la cabeza con expresión rabiosa.
Nuestros ojos se encontraron y al ver la mirada hostil en su rostro, en seguida me arrepentí de haber pronunciado esas palabras.
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Soul Leaf
FantasyEl poder de la magia siempre ha estado en manos de aquellos que nacen con la voluntad de dominarla. En el mundo actual, estas personas son mejor conocidas como magos. Durante mucho tiempo, los magos y los humanos han intentado coexistir en armonía...