—¡Tiene que ser una maldita broma! —gritó el rubio—. ¿Quiere que cuidemos el gremio con él aquí, Maestro?
—Cuidaran el gremio como un equipo de magos de Soul Leaf —aclaró el Maestro.
—¿Cómo se supone que montemos una guardia si no confiamos en él? —preguntó su compañero.
—No lo sé, averígüenlo. Tienen toda la noche para hacerlo —fue lo último que dijo agitando la mano despreocupadamente. Se giró hacia el mago de nieve y lo observó con una mirada pensativa en su rostro—. Xion, ¿podré contar contigo?
El joven alzó la cabeza hacia él mostrando que tampoco parecía complacido con la orden.
—Sí, Maestro... —respondió débilmente.
—Muy bien. Los demás... ¿qué?, ¿no tienen trabajos que hacer? —habló, esta vez para todo el grupo.
El resto de los magos soltaron palabras vacías entre labios, todavía renuentes a la idea de tenerme en sus filas, pero al final se resignaron. El grupo comenzó a dispersarse, algunos volviendo a los lugares en donde se encontraban bebiendo, más la gran mayoría optó por abandonar el gremio. Al final solo quedaron no menos de treinta personas en el lugar.
Solté un suspiro de alivio al ver que la situación había pasado, pero ahora tenía otro...
—¿Qué parte de «perfil bajo» no entendiste? —se dirigió hacia mí la chica elemental de luz. Arrugaba la frente así que deduje que estaría molesta—. Te dije nada de problemas y es lo primero que haces apenas pones un pie en el gremio.
—¿A qué se refiere el Maestro con la guardia de esta noche? —le pregunté ignorando la mayor parte de lo que me decía.
Ella frunció aún más el ceño y me lanzó una amenaza con la mirada, y al ver que su táctica era completamente inútil, soltó un suspiro y se cruzó de brazos.
—La guardia del gremio, por supuesto —dijo, pero rápidamente notó que no tenía idea de lo que estaba hablando—. ¿No hacían turnos de vigía en tu antiguo gremio?
—No lo sé, jamás visitaba la casa madre —respondí dando un vistazo a mi alrededor.
—Entonces, ¿cómo recibías tus misiones?
—Las ordenes llegaban a mí vía mágica o algún enviado las traía a mi residencia —expliqué—. ¿Vas a decirme que es o voy a tener que preguntárselo a alguien más?
—A ver: cada noche... —comenzó a explicar—, cuatro magos se les asigna la tarea de cuidar el gremio. Están alertas de posibles disturbios que puedan ocurrir en la ciudad, ellos recogen cartas, paquetes o solicitudes de misiones que llegan durante la noche, además de recibir a algunos compañeros que vuelven tarde de sus misiones.
—¿Por qué venir aquí en la noche? Es mejor regresar en la mañana.
—Es una regla del Maestro —dijo ella—. Todos los magos debemos reportarnos inmediatamente en el gremio al regresar a la ciudad después de una misión, son protocolos de seguridad en caso de que algún integrante haya sido golpeado con alguna magia que pueda atentar contra su vida o la del gremio en general.
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Soul Leaf
FantasyEl poder de la magia siempre ha estado en manos de aquellos que nacen con la voluntad de dominarla. En el mundo actual, estas personas son mejor conocidas como magos. Durante mucho tiempo, los magos y los humanos han intentado coexistir en armonía...