EPISODIO 24: viejos amantes
HERA
—¿Entonces pretendes qué crucemos uno de los portales sin decirle a la Clave para rescatar a Clary? —Alexander me miraba como si me hubiera salido un tercer ojo en la frente. Incluso desde el otro extremo de la mesa podía oler su desacuerdo.
—Básicamente —confirmé con una mueca. Dicho así en alto parecía algo arriesgado, en especial porque ya estábamos escondiendo más información de la que deberíamos, pero por lo que he escuchado no es nada que ellos no hayan hecho antes.
—¿Y todo esto porque has soñado con que cruzabas el portal? —su ceño se frunció aún más.
—No fue un sueño, fue una visión —me respaldó Jace mirando a los dos hermanos. Al igual que Alexander, Belle no estaba convencida.
—No podemos ir nosotros cuatro a Edom y exigir que nos devuelvan a Clary —enfatizó la morena, mirando en concreto a Jace. Si bien la zanahoria es su parabatai, el amor que Jace sentía por ella lo cegaba a tal punto que estaba dispuesto a llevar a cabo mi plan.
—Ya lo hicisteis una vez, ¿no? —imito la pose de Alexander y arqueo mi ceja—. Vosotros tres junto con la zanahoria entrasteis en el Hotel Dumort para rescatar al que era un mundano en ese tiempo.
—Eso fue distinto —se defiende el mayor apoyando ambas manos sobre el mesado e inclinando su cuerpo hacia delante—. Camille había roto los Acuerdos.
—¿A caso el hijo de Magnus no? —farfulló Jace entre dientes. Si bien todos teníamos el mismo objetivo: salvar a la zanahoria, cada uno quería hacerlo a su manera, de tal forma que el grupo de cuatro había quedado divido en dos pareja. Por un lado los hermanos, y por otro lado nosotros dos.
—Tiene a una nefilim retenida en Edom, por no hablar de los experimentos que está haciendo y lo que tuvo que hacer para conseguir la sangre —objeté mirando a la más joven, discutir con Alexander sería inútil. Si teníamos a Isabelle de nuestro lado automáticamente Alexander se apuntaría también—. Estamos haciendo precisamente lo que la Clave quiere: detener al responsable que está detrás de todo esto.
—Mientras nosotros estamos aquí debatiendo si llevar este plan a cabo o no, Clary esta allí en manos de un lunático —Jace dio un golpe en la mesa con ambas manos. Tenía su mandíbula tensa al igual que los músculos de sus brazos. Ahora no sólo estaba en malas circunstancias con Isabelle, quien es como una hermana para ella, si no también con su parabatai—. Y quizás si existan otras maneras para traerla de vuelta, pero quizás cuando lo sepamos ya será demasiado tarde.
—Lo único que consiguireis de esta forma es que nos maten a nosotros también.
—Pues yo prefiero morir luchando que quedarme aquí de brazos cruzados sabiendo que uno de los nuestros está sufriendo ahora mismo —espeté con rabia ante la posición que habían adoptado respecto a mi solución.
—¿De verdad estás de acuerdo con el plan de alguien que atravesó un portal sin ni si quiera detenerse a pensarlo por al menos un segundo? —pude apreciar la indignación, la incredulidad en las palabras de Alexander.
—Quizás si hubieran más personas como ella, este asunto ya estaría resulto hace mucho.
Un calor se expandió en mi pecho a medida que iba escuchando las palabras del rubio situado a mi lado. Si bien mi madre me había educado para actuar y pensar como ella, mis impulsos, mi forma de ser que heredé de mi padre seguía estando ahí. Jace tenía razón. Por mucho que aparentase ser como mi madre, mi impulsividad, mi forma de pensar dista mucho de ser como la suya.
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Alec
RandomUna nueva guerra trae consigo a una futura directora en prácticas al Instituto de Nueva York. Bajo la tutela de Alexander Lightwood, Hera pone el mundo del revés. 『alec×oc』 【actualizaciones semanales】