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EPISODIO 17: preferencias en común

HERA

Sexo. Sudor. Saliva. El ambiente estaba cargado, caldeado. Allí la temperatura había aumentado varios grados más que en el resto de la casa. Nuestros cuerpos estaban cubiertos por una capa de sudor, las sábanas enrrolladas a los pies de la cama al igual que nuestros cuerpos. La ropa regada por la habitación. Un calcetín en el escritorio, el otro en el suelo junto a la puerta.

-Ha estado bien -me mirá con sus ojos de reptil, mientras todavía estirados nos recuperamos del último orgasmo.

-Nada mal para un brujo tan viejo como tú.

Le había dado mi número durante aquella noche de chicas en el Pandemonium. Su marca de brujo había captado la atención de la Hera ebria y alcoholizada. Tenía suerte, me había llamado en el momento preciso. De no ser así, no estaría aquí desnuda junto a él.

Mi móvil empieza a sonar desde algún lugar de la habitación. Suelto un gruñido que hace reír a mi acompañante. El móvil no cesa, su irritante sonido me pone otra vez de mal humor. Lo encuentro finalmente dentro del bolsillo trasero de mi pantalón que se encontraba encima del sillón en la esquina de la habitación.

-¿Qué? -respondo de manera brusca.

-¿Dónde estás? -suena enfadado del otro lado-. Te dije que no salieras del instituto, que en cuanto hablasemos con Meliorn iríamos allí y te contaría lo que sabemos.

-¿Te da tiempo a otra ronda? -siento sus manos en mi cintura. Me pega a él y siento su miembro ya duro contra mi espalda baja. Sus labios atacan mi punto débil: el cuello. Suelto un pequeño suspiro el cuál no estoy segura de si Alexander alcanzó a oír desde el otro lado del teléfono-. ¿O ya te tienes que ir?

-Hera, ¿con quién estás? ¿dónde estás? -escucho como camina y la voz de Jace de fondo-. Rastreala -dice, pero se que no habla conmigo.

-Ya voy, dame diez minutos -hablo con el móvil atrapado entre mi mejilla y mi hombro mientras me empiezo a mover por la habitación para vestirme. Siento la pesada mirada del brujo sobre mi.

-Te doy cinco, si no yo mismo iré a buscarte -y colgó.

Creo que a Alexander también le hace falta un buen polvo.

-¿Me puedes hacer un portal un poco antes del instituto? -le pedí mientras me hacía un moño. Mi aspecto no era el más presentable de todos.

En un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba caminando hacia el instituto, donde un mosqueado Alexander y para mí sorpresa también un decepcionado Jace me esperaban sentados en la mesa de siempre.

-Uy... ¿Y esa marca en el cuello? -señaló con su dedo en su cuello Isabelle la zona donde tenía yo la marca-. ¿Te picó un mosquito?

-¿Podemos centrarnos? -tome asiento junto a Jace, quien miraba el chupón en mi cuello. Y eso que le había dicho y repetido que no me dejase marcas que pudieran verse-. Según Meliorn lo que buscaban en el apartamento de Magnus era un libro.

-¿De hechizos? -sugirió la zanahoria.

-No se sabe -habló Isabelle esta vez-. Pero estaba relacionado con algo sobre una manzana en un árbol.

AlecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora