EPISODIO 5: aniversario difunto
Cuandome desperté, notaba algo distinto en el ambiente. Todos parecíanestar más serios de lo habitual, y se respiraba un aire nostálgico,triste e incluso deprimente. Alexander no había dado señales devida en todo el día, mientras que Isabelle había salido por lamañana anunciando que no volvería hasta la noche. La parejita delsiglo llevaban todo el día frente las pantallas, lugar en el quesuele encontrarse el mayor de los Lightwood. No había salido demisión, ni si quiera he investigado algo sobre el portal. Mi díahasta ahora fue finalizar un libro mundano que había comprado hacepoco. No recordaba a mi hermano. Él murió cuando era una cría,pero su habitación estaba repleta de películas mundanas y libros deciencia ficción y fantasía. Es gracias a él que me aficioné aesos libros, a las películas, en especial a las de superhéroes.
Dejoel libro sobre mi mesilla de noche y salgo de mi habitación hacia lasala central. Sonrío aliviada cuando por fin veo allí a los doshermanos desaparecidos, aunque no dura mucho, pues Alexander pareceenfadado con el mundo, —más de lo habitual—, mandaba órdenes adiestro y siniestro, y cuando estaba apunto de volver a mi cueva, mevio.
—Heraven —me llamó observando unas cosas en su inseparable tablet.
Bajolos escalones de dos en dos pegando un pequeño salto al final. Adiferencia del resto, yo no estoy deprimida. Incluso Isabelle yClaryssa lucen apagadas.
—Porfin —digo situándome junto ellos—. ¿Dónde os habíais metido?
Ellosno dicen nada.
—¿Quédemonios os pasa hoy a todos?
Mifrustración era evidente, aunque no tanto como la rabia que sintióJace hacia mi tras mis palabras. Claryssa optó por ignorarme. Sinduda, el rubio es el temperamental de la relación. Jace se apoyó enla mesa de detrás y se cruzó de brazos haciendo resaltar sustrabajados bíceps.
—Portu bien, deberías mantener tu boca cerrada —me dice con desdén,molesto ante mi existencia.
Yorodé mis ojos, y copié su postura. Me divertía verlo enfadado.Eché mi pelo hacia atrás y lo miré con superioridad. Su mandíbulase tensó.
—Primero explícame por qué estáis con esa cara de mierda, y luego consideraré tu oferta —aclaro observando mis uñas recién pintadas de blanco.
—Noestás en posición de exigir nada, Hadid —la voz de Alexanderllegó a mis oídos y yo alcé la mirada al cielo.
—SeñorLightwood, los que se encuentran vigilando el portal nos han llamado,están en problemas —informa un shadowhunter para luego señalar unpunto rojo en la pantalla de actividad demoníaca.
—Estabien, Hera y yo nos encargaremos el resto quedaros aquí, estásatentos por si necesitamos refuerzos.
Isabelley Claryssa asintieron algo sorprendidas por llevarme a mi en vez deir con su parabatai, pero estás no dijeron nada.
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Alec
RandomUna nueva guerra trae consigo a una futura directora en prácticas al Instituto de Nueva York. Bajo la tutela de Alexander Lightwood, Hera pone el mundo del revés. 『alec×oc』 【actualizaciones semanales】