1.- INTRODUCCIÓN

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Cuando me levanté hoy en la mañana, prendí mi TV, y veo como en las noticias, me golpeaban con las imágenes de una mujer, que agobiada de su encierro en su casa, decide terminar con su vida, al menos eso decía el papel escrito que dejó antes de morir. Eso me despertó y me pregunto ¿Que la motivo a terminar con su vida?

Nuestra humanidad ha vivido dos guerras mundiales. También desde ese momento se crean las naciones unidas (ONU) con el propósito principal de evitar más guerras, desde ese momento al parecer no se ha producido ninguna conflagración mundial. Sin embargo tenemos actualmente muchas guerras locales, solo pongamos atención que en la mayor parte de África, Asia, América Latina y también en Europa.

Es más, en Argelia existe mucha tortura, odio, desvalorización, hordas de barbaros, integrismos..., para que decir en Ruanda, todavía tenemos a diario matanzas, guerras y secuestros.

Según la UNICEF, cada vez mueren más de 35.000 niños de hambre y unos dos mil millones de personas sufren desnutrición, Cuando ves morir de hambre a un niño, se te viene esa extraña sensación de sufrir, de sentir dolor, es ahí en esa experiencia visual o real, donde nace en nosotros el sentimiento de la compasión, de la empatía, de ser mas altruista. De solo ver y pensar en esas imágenes de amargura y desolación tu cabeza queda vacia y el corazón roto. Prácticamente se te quitan las ganas de vivir en este mundo tan desigual y cruel.

En 1997 había 18 millones de cesantes en Europa y hay sigue en aumento, lo que lleva a muchos a sentirse inútiles e inservibles. Personas que durante su juventud se prepararon con ilusión de ser exitosos y triunfadores en la vida. hoy ellos han perdido la esperanza de encontrar trabajo. Llevan encima frustración, pobreza, inutilidad, desmoralización, decaimiento y desilusión.

Nuestra sociedad cuenta con innumerables medios de comunicación, pero falta contacto, conocimiento personal, sentimiento de pertenencia, falta el sentido de familia. Cada vez más personas se sienten solas. Ha habido casos de personas que llevaban varios días muertas y nadie les había echado de menos. Cada vez nos volvemos individualistas.

Es preocupante la situación de nuestros ancianos, La mayor parte de su tiempo la pasan solos. Sus hijos y nietos ya no tienen tiempo para ellos. Se levantan, se sientan a esperar que pasen las horas del día, para luego ir a su cama. Todos los días son iguales. Cada vez el altruismo no es parte importante de nuestra visión de comunidad.

Cada día convivimos con los prejuicios, la intolerancia, el racismo, la xenofobia y la antipatía, todo esto lleva a rechazar a marginar o despreciar a otras personas. La misma vida social, las relaciones profesionales o amorosas hacen que algunas personas no se sientan integradas.

Alguien que ha sido rechazado por la chica que ama, se siente dolido, humillado y desesperado por no entender por qué el amor siendo tan maravilloso te hace sufrir. Sabe que hay otras, pero el solo quiere una y todo se transforma en una obsesión. Todo flota en un mar de dolor donde muchas veces no logras encontrar la salida.

A todo esto debemos de sumarle que la enfermedad es un mal que pasa a ser viviente. Cuando es grave, nos arranca del entorno habitual, nos impide participar en la vida social, nos mutila nuestro entorno, derriba todos nuestros planes como edificios que se derrumban ante nuestra mirada atónita, desarraiga sentimientos profundos, nos deja sin darnos cuenta en un estado de indigencia y necesidad de querer encontrar contención y comprensión.

Se nos viene a la mente la muerte que es una realidad dolorosa, por la que todos debemos pasar es una condición de la madre naturaleza y hace posible la historia como sucesión de generaciones. El ser humano sabe que va a morir, de ahí nace el sufrimiento y se cuestiona ¿Por qué?

No podemos evitar la experiencia de desgaste ante la muerte de las nuestros familiares amados o de los peligros a los que estamos expuestos. La muerte violenta deja una marca imborrable de indignación, el sentimiento de dolor que produce la muerte natural.

Nosotros como humanos sufrimos de muchas y variadas maneras. Todavía es complejo para nuestra mente entender este proceso natural por todos debemos pasar. Aun así entendemos que está enraizado en nuestra humanidad misma. La distinción entre sufrimiento físico y moral, toma como fundamento la doble dimensión del ser humano.

El sufrimiento físico se da cuando de cualquier manera duele el cuerpo, mientras que el sufrimiento moral es dolor del alma. Se trata de ese dolor de tipo espiritual y no solo de la dimensión psíquica del dolor que acompaña tanto el sufrimiento moral como físico.

Este mundo a pesar de lo feo que pueda parecer, contiene belleza, armonía y bienes que nos hacen gozar. Pero también males que nos hacen sufrir. La armonía de la naturaleza que se quiebra por los terremotos. El equilibrio ecológico se sustenta en que numerosas especies de animales viven para ser devorados por otras. La vida está sometida a la muerte. Nace, crece, madura, y desaparece.

Según Buda, todo es dolor. Es la primera noble verdad. La vida es dolor porque es precaria, efímera, aparente y frágil. Para Schopenhauer el mundo es apariencia y el dolor es el sentimiento fundamental de todos los seres, porque es la esencia del universo.

El mal en algún momento de nuestra vidas lo vamos a sufrir, es inevitable. El sufrimiento es inherente a nuestra condición. Ignorarlo es ignorar lo que somos. Cerrar los ojos al dolor ajeno es cruel, pues es cuando más nos necesitamos. Es necesario asumir el dolor de una forma consciente y ver el mejor modo de combatirlo.

La humanidad desde su creación, ha sufrido una seria de dolores que ha acarreado hasta la actualidad. Algunos de estos males son los ya nombrados, la guerra, el terrorismo, el hambre, el paro, la soledad, el rechazo, la enfermedad, la muerte..., en muchos de ellos encontramos un alto componente sentimental, cuya decadencia ha sido causada por la mayor importancia dada a los elementos materiales en los últimos tiempos.

Muchos podían ser evitados con tan solo la voluntad, acompañando a las personas que están solas, solucionando los problemas sin llegar a causar enfrentamientos bélicos o simplemente aprendiendo a aceptar a los demás tal como son, con sus defectos y virtudes, sin obligarlos a sentirse mal por ello. El futuro del mundo está en nuestras manos y solo de nosotros depende que los dolores, que tanto han hecho sufrir al hombre durante nuestra historia, algún día dejen de provocarnos trastornos.

Solo depende de cada uno de nosotros de romper los paradigmas establecidos, de que el egotismo no es una cosa de autoestima, sino más bien de autodestruccion, de que los sistemas de creencias sociales y religiosos no son los más adecuados para terminar con nuestros sufrimientos, debemos de poner atención y despertar a nuevos paradigmas, para dejar los viejos atrás, esa así como funciona una civilización avanzada y desarrollada. ¿Seremos capaces, con nuestra voluntad, de poder cambiar lo ya establecido en nuestra vida cotidiana?

Hola amigos, espero les guste este nuevo viaje a lo mas profundo de nuestra humanidad.

Estaré atento a sus lecturas y comentarios. Un Abrazo

La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora