En la actualidad, uno de las mayores tormento es el de sentir miedo, estamos condicionados por nosotros mismos a que tengamos miedo de todo. Esto es porque sentimos una incertidumbre que nos acompaña en todo momento, siempre cuando queremos tener o lograr algo, primero nos cuestionamos y decimos ¿lo podre hacer?. ¿No sé cómo hacerlo? o ¿No sé por dónde empezar?, al encerrarnos en ese pensamiento nos bloqueamos, frustramos y angustiamos. Al final nos invade el miedo en nuestro interior y optamos por no hacer nada.
Tenemos una larga lista de situaciones en donde el miedo es nuestro protagonista estrella en muchas de nuestras acciones cotidianas. En nuestro interior convivimos con el miedo. Sin darnos cuenta nos sentimos encerrados en nosotros mismos envueltos en cientos de miedos. Esta sensación desagradable nos hace sentir incomodidad, al extremo de caer en pánico. (crisis de pánico).
Sentimos que en nuestra mente, esa vocecita tan amigable que nos hace preguntarnos por todo, como buscando una explicación para encontrar una respuesta, ya que en frente de uno esta una realidad que no nos parece la ideal o correcta, o más bien la que deseamos encontrar en nuestra vida, entonces ¿Cual es la realidad de nuestros miedos?. ¿Lo provocamos nosotros mismos?
Recuerdo una frase célebre de la película la guerra de las galaxias, en la escena donde Luke Skywaker estaba en el bosque oscuro en donde entrenaba para hacer un jedi. En un momento Joda le dice a Luke, que debe internarse solo en el bosque totalmente oscuro, entonces Luke le pregunta a su maestro ¿qué me voy encontrar ahí dentro? El maestro le dice con voz relajada: Lo que lleves contigo.
Esa es la pregunta de fondo, ¿que llevamos en nuestro interior?, muchos aseveran que existe esa matrix que nos controla desde un plano exterior, como muchos aseveran, que nos domina en cada acción que ejecutamos, donde se funde la mente, conciencia y espíritu. Donde sabemos solo existe el plano de la más pura energía elemental divina transcental a la cual todo ser mortal quiere aspirar. Es un mar de posibilidades que espera a que nosotros con nuestra libre decisión podamos elegir solo una, de un mundo un mundo infinito de posibilidades. ¿Pero, podrá ser esto real? ¿Realmente se funde alma, mente y espíritu?.
En nuestro diario vivir los medios de toda índole y nuestras creencias arraigadas nos enseñan a que el miedo nace con nosotros, desde el mismo día que nacemos. Pero si nos detenemos un instante, nos podemos dar cuenta, que los miedos que tenemos arraigados en nuestro interior son heredados por nuestros progenitores y después por nuestro entorno, hasta la más avanzada edad, el miedo es la molécula genética emocional que siempre va de la mano con nosotros, incluso lo podemos ver en el mundo judeo-criatiano. En el mismo momento en que dios creó al hombre en un acción de amor humano perfecto, también nos inculco esa sensación de el miedo. Desde ahí viene una transformación del respeto que dé se debe a dios, a que se transforme en temor a dios.
Dios el creador, siempre hasta nuestros días, nos ha controlado con el miedo, aunque parezca irónico, pero el miedo es el semáforo, que cuando da rojo paramos automáticamente, ya que si cruzamos esa luz roja , caerá sobre nosotros la ira del creador, y así pasa también en nuestras familias, todos tenemos respeto al que nos impone la disciplina, en la educación también ocurre. Debemos de ser respetuosos con el sistema, incluso en la vida laboral debemos hacer lo mismo, no romper las reglas, hasta que llegamos a ser ancianos y nos envuelve el miedo de no querer morir y dejar este mundo.
Creo que dentro del respeto se refugia un miedo encubierto, en donde no nos dejan ser libres de querer hacer lo que a nosotros nos parezca lo más correcto y real. Es por eso que vivimos con una venda en nuestros ojos, ya que a través del miedo nos manipulan, mientras más atemorizados estamos, mas fácil se hace controlarnos.
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La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)
SpiritualCada vez que me levanto en la mañana, tengo una sensación de que nada me hace sentir bien. Cada día que pasa siento algo en mi interior que está encerrada(o) en si misma(o), en un cuerpo que tampoco siento que me pertenece, que no es mío. Cada vez m...