El hombre es un dilema, ya que desde sus inicios vive en un estado de dualidad. Al final se transforma en una dualidad. El hombre no es un solo ser, sino que está compuesto de pasado y futuro. El pasado representa las huellas dejadas por la experiencia y el futuro representa la incertidumbre divina de la cual puede crear. Entre ambos está el momento presente, entre ambos está la existencia del ser humano dividida y expuesta al empuje de dos polos diametralmente opuestos.
Si el ser humano retrocede hacia su pasado se ve como un animal (al menos así lo dice Darwin). Por eso la ciencia no cree que el hombre sea nada más que otro animal, porque la ciencia solo investiga el pasado. Darwin y otros, sí, tienen razón en cuanto a que el hombre nació de los animales. Eso es cierto en cuanto al pasado, pero no en cuanto a la totalidad del ser del hombre.
La religiosidad indaga en lo posible, en lo que puede ocurrir pero aún no ha ocurrido. La ciencia disecciona la semilla y no encuentra la flor. La religiosidad es visionaria, soñadora. Es capaz de ver lo que aún no ha sucedido (de ahí viene el fundamento de la fe) la aparición de la flor. Por supuesto, no se puede encontrar, esa flor no se puede encontrar diseccionando la semilla. Hace falta intuición, no capacidad analítica, sino una especie de visión, de enfoque místico. Solo un verdadero soñador o profeta puede ver lo que aún no ha ocurrido.
La religión indaga en lo posible y descubre que el hombre no es animal, sino divino, que el hombre es la divinidad misma. Las dos cosas son verdad. El conflicto no tiene fundamento. El conflicto entre ciencia y religión no tiene sentido. Sus enfoques, sus métodos de trabajo y los terrenos que abarcan son completamente distintos.
La ciencia siempre lo reduce todo a los orígenes, mientras que la religión siempre salta hacia el destino final. El hombre es ambas cosas, es un dilema, una angustia constante, ser o no ser, ser esto o aquello. Por eso nacemos de una incertidumbre perfecta, una fuente de energía cuántica, donde esta nuestro plano cuántico real. Por eso es importante la física cuántica, gracias a ella podemos estar viendo la forma de cómo funciona nuestra energía divina en una incertidumbre, no perfecta, sino que total.
El ser humano solo puede alcanzar la paz de dos maneras. Una consiste en volver a la animalidad. Entonces será uno, no habrá división, volverán a reinar la paz, el silencio, la armonía... Por eso hay millones de personas que intentan ser animales, siguiendo caminos diversos.
La guerra ofrece la oportunidad de volver a ser animales, de ahí su gran atractivo. En el transcurso de tres mil años de historia se han librado cinco mil guerras. La guerra estalla sin cesar, en un lugar u otro. No pasa un solo día sin que un ser humano mate a otro. Solo ve un poco de TV o revisa las redes sociales, ahí encontraras millones de resultados en los buscadores de internet. ¿Por qué tal regocijo en la destrucción, en la muerte? La razón está oculta en las profundidades de la psicología humana.
En el momento en que matas, de repente eres solo uno. Vuelves a ser animal y desaparece la dualidad. De ahí la tremenda fuerza de atracción del asesinato y del suicidio. Eres un humano inconsciente, ya que si fueras consciente de matar a otro humano, simplemente no lo podrías hacer.
El hombre siempre ha buscado la forma de no ser violento. Sin embargo, aún no se puede convencer al hombre de que no sea violento.
La violencia estalla. Cambian los nombres, las consignas, pero la violencia sigue siendo la misma. Puede estallar en nombre de la religión, de la ideología política, de cualquier cosa absurda, basta un partido de fútbol para que la gente se vuelva violenta. De eso se trata en vivir en un mundo duable, ya que nos trasformamos en personas dualísticas.
A la gente le interesa tanto la violencia que si no pueden ejercerla por sí mismos (porque corren demasiados riesgos y piensan en las consecuencias) encuentran formas indirectas para hacerlo. La violencia es indispensable en el cine y en la televisión, nadie ve una película sin violencia. El ver violencia y sangre te recuerda de repente tu pasado animal, te olvidas del presente, te olvidas por completo del futuro, te transformas en el pasado.
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La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)
SpiritualCada vez que me levanto en la mañana, tengo una sensación de que nada me hace sentir bien. Cada día que pasa siento algo en mi interior que está encerrada(o) en si misma(o), en un cuerpo que tampoco siento que me pertenece, que no es mío. Cada vez m...