Si todo lo que percibo se basa en lo que ya sé de antemano, ¿cómo voy a percibir algo nuevo? Y si nunca percibo nada nuevo, ¿cómo voy a cambiar?, ¿cómo voy a crecer?
Para entender y digerir en la forma de este tema les quiero contar lo siguiente, que para leer estas letras que forman palabras se da un procesamiento cerebral en cinco niveles agrupados. Eso es lo que acabas de hacer para "ver" cada una de estas letras. No es que tus ojos se hayan limitado a mandarte a "ti" una imagen de cada letra. Tu cerebro procesó la información visual que le mandaban los ojos para elaborar esas letras.
Lo hace de la siguiente forma: primero descompone los impulsos entrantes en formas, colores y modelos básicos. Después comienza a casarlos con recuerdos almacenados de cosas similares y los asocia con emociones y significados asignados a acontecimientos. Finalmente lo une todo en una "imagen" integrada y la transmite de manera intermitente al lóbulo frontal, cuarenta veces por segundo. Es como una película muy rápida e intermitente.
Es decir, el cerebro procesa a través de la mente, toda la información que está al frente de nosotros, pinta todo lo que ves. Digamos, por ejemplo, que estás mirando un bosque. Tu cerebro pinta realmente cada hoja de cada árbol que ves y lo hace asociando recuerdos,, o redes neuronales, y poniéndolo todo junto de un modo u otro. Todo esto suena tan estrambótico que nos lleva a preguntarnos: ¿cómo dieron los neurofisiólogos con ese sistema?
Pongámonos a pensar en los nadadores de primera fila, buceadores, saltadores de altura, velocistas, levantadores de peso y otros atletas se han entrenado para visualizar sus proezas con detalle, utilizando todos sus sentidos para simular la acción total que quieren perfeccionar. Al principio, les parecía un ejercicio muy por encima de sus posibilidades, especialmente a los atletas competitivos con grandes dosis de testosterona, que apenas entendían para qué les servía estar sentados, quietos y con los ojos cerrados, Ahora, sin embargo, está absolutamente probado que funciona y es una práctica habitual. Así funciona el campo de las certezas, en este campo, somos co-creadoes de lo que queremos. Siempre y cuando tengamos la disposición a querer lograr un objetivo. Lo focalizamos, lo vemos en nuestra mente con lujo y detalle, en esa fracción de segundos, estamos decidiendo que probabilidad en mi vida voy a elegir, si sigo enfocado en esa intención, haremos que esa probabilidad se vuelva REAL.
Un ejemplo es una persona que ha sufrido un derrame que ha destruido una pequeña parte del proceso visual del cerebro, la parte que (aparentemente) procesa las narices. Así pues, esa persona puede ver cualquier cosa de un individuo, pero no puede ver la nariz. Si alguien se pusiese las narizotas rojas de payaso, ante la pregunta de qué tiene de especial ese individuo, jamás mencionaría la nariz.
Todo el resto lo percibe perfectamente y por tanto es evidente que los ojos le están mandando todas las señales. Sin embargo, en lugar de ver cómo es realmente la nariz, ve lo que piensa que "debe de ser" una nariz. La prueba de que el cerebro es realmente el que percibe y no los ojos, se ve también en un nivel menos espectacular: no hay receptores visuales en el lugar donde el nervio óptico llega hasta la parte trasera del cerebro, a través del globo ocular. Por tanto podríamos esperar que si cerramos un ojo veríamos un punto negro en el centro. Pero no es así, porque el que pinta la imagen es el mente y no el ojo.
Nuestra mente jamás esta quieta, a no ser que nosotros, de alguna forma lo podamos hacer que se detenga, para así tratar que este reposo (de ahí la importancia de la meditación). A nuestra mente la bombardean con una cantidad enorme de información que entra dentro de nuestro cuerpo y la procesamos. Entra a través de los órganos sensoriales, en cada paso se elimina información y lo que llega finalmente a la conciencia es la información que nos es más útil.
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La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)
EspiritualCada vez que me levanto en la mañana, tengo una sensación de que nada me hace sentir bien. Cada día que pasa siento algo en mi interior que está encerrada(o) en si misma(o), en un cuerpo que tampoco siento que me pertenece, que no es mío. Cada vez m...