La Búsqueda de Nuestra Energía Elemental (Completa)

7.- ¿QUE GUARDA NUESTRA MENTE?

Quiero empezar este capítulo mencionando una de las separaciones más controversiales de famosos siquiatras, considerados los investigadores psicoanalíticos más importantes hasta nuestros días. Ellos tienen un vasto historial de exploración en lo que se refiere al estudio de nuestra mente, comportamientos, emociones, pensamientos y sentimientos, relacionados con nuestra diaria conducta. Ellos son Sigmund Freud y Carl Egdar Jung.

El psicoanálisis, a pesar de ser una rama de la medicina relativamente nueva, a mi modo de ver las cosas, nunca debió de estar separado de los sueños. Creo que fue el error más manejado de nuestros días. Sigue siendo hasta nuestros un debate abierto de muchas controversias.

Da cierta tristeza e impotencia ver como a Jung lo desprestigiaron hasta el nivel de opacarlo hasta dejarlo sin derecho a opinión, solo por el hecho de que piensa que nuestra psiquis, no tiene ni pasado ni futuro, que según sus estudios, es una continua energía vibratoria, que nunca deja de estar y crear, que nace y viene desde el mismo momento en que el ser humano ha sido creado, que viaja en nuestras mentes a través de los sueños.

La mayor evidencia, según Jung, es la que se puede evidenciar en las primeras pinturas, pictogramas y petroglifos de nuestros antepasados, pruebas que son tangibles desde la prehistoria hasta nuestros días.

Según Freud, hasta nuestros días, no da crédito a la veracidad que dice Jung, ya que se escapa de la realidad, es por eso, que en sus investigaciones, Freud defiende su teoría de que nuestra realidad mental, no es hereditaria.

Este pensamiento se ha mantenido como el más lógico y verdadero según la ciencia actual, ya que define de forma más concreta el cómo nuestra psiquis funciona, es la manera más fácil manejar una mente racional, que una emocional, y he aquí la separación de distintas líneas de análisis. ya que la primera se puede manejar con los placeres y con las necesidades o carencias humanas (según freudianos), y la segunda es por lo sentimos cada vez que tenemos sueños y/o visiones (según los jungianos).

Jung hasta sus últimos días, quiso profundizar su teoría y para esto se interno y compartió con muchas tribus europeas, nórdicas, americanas y africanas, tratando de dar una respuesta con base, hizo una investigación muy responsable al respecto, pero tal como paso con los seguidores de Nikola Tesla, fue dejado en el olvido, no quiero alargarme en este tema, ya que es un tema profundo y dejo la invitación que puedan investigar más al respecto.

Continuando con anterior, pienso que aquí existe un dilema interesante, muy parecido entre la ciencia y la religión, entre lo emocional y lo racional.

A portas de un cambio de mentalidad mas evolucionada, creo que estas dos líneas psicoanalíticas nunca se debieron separar, es más, se deben analizar juntas, debemos de poner la parte emocional a lo que razonamos. Porque digo esto, porque cada vez estamos sintiendo menos, estamos siendo menos creativos, las cosas día a día son inventadas o fabricadas lo más fácil posible, para así hacer el menor esfuerzo, haciendo que cada vez nos movamos menos.

Sin darnos cuenta, nos estamos alejando de los verdadero problemas que nos atañan cada día, claro no podemos ser consciente de eso, porque no tienen en cierta manera manipulados a través de placeres y de cosas superfluas para no involucrarnos en nuestro entorno, en que critiquemos los poderes que nos gobiernan.

No debemos olvidar que somos seres que fuimos creados para vivir en continua comunicación y creación, y en estos tiempos solo nos quieren comunicar lo que a algunos pocos les conviene, así es como controlan a las masas.

Según los últimos descubrimientos nuestro cerebro es solo un receptor de información, es una mar de ondas de información, es un campo unificado y vibratorio (campo electromagnético donde están y trabajan nuestras neuronas) en el cual estamos insertos. es decir estamos guardando información en nuestra cavidad mental, y en cierta manera cada uno de nosotros manejamos hasta que punto uno quiere recibir esa información, ya sea voluntariamente o involuntariamente con mensajes, muy sutiles, que son dañinos para nuestra capacidad creadora y sin darnos cuenta no podemos bloquearlas.